Prólogo del Autor
Importancia de la
escritura
La finalidad
primordial del libro que está comenzando a leer es brindar las herramientas
apropiadas a toda persona que de alguna manera u otra se vea
enfrentada a la necesidad de redactar. Le será de suma utilidad tanto al
ciudadano común, al profesional como al que le interese dominar las técnicas de
escritura por ver en el lenguaje un vehículo de expresión artística.
La Real
Academia de la Lengua Española nos dice que escribir:
es “representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en
papel u otra superficie”.
Las
técnicas de escritura han tenido características particulares en las distintas
épocas históricas y en las diferentes culturas, pero independientemente de las
diferencias que han presentado, lo que
las caracteriza es que son una herramienta de comunicación.
A lo
largo de la historia el hombre tuvo la necesidad de darse a entender, de
expresar sus sentimientos, su imaginación y de transmitir conocimientos a las
generaciones venideras.
En un principio,
dominar las técnicas de escritura era un privilegio exclusivo de unos pocos, hubo que esperar al
Renacimiento y con él a la llegada de la imprenta para que la escritura
comenzara a masificarse y empezara a jugar un rol fundamental en el desarrollo
social, estableciéndose como un vehículo imprescindible de expresión
humana.
Hoy en día estamos
viviendo el establecimiento masivo de la escritura, basta mirar nuestro
alrededor para ver la gran cantidad de periódicos y revistas que podemos
encontrar, a esto debemos sumar toda la prensa y textos escritos presentes en
Internet, que si bien es un medio de comunicación completamente híbrido donde
encontramos las más diversas manifestaciones comunicativas, la escritura sigue
teniendo capital importancia.
En la inmensa
mayoría de los ámbitos laborales, no solo los profesionales, un buen manejo de
la escritura resulta ser imprescindible. Dominar las técnicas de escritura,
además de ayudarnos a desenvolvernos con idoneidad en nuestras tareas, funciona
como un valor agregado a las aptitudes que podamos tener.
El
aprendizaje de la escritura, no se produce de forma tan natural, como sucede
con la palabra hablada. Para escribir correctamente el individuo debe adquirir
las normas que comprende el código escrito, como también poseer un cierto grado
de desarrollo intelectual. Escribir supone estructurar el razonamiento, ordenar
la temática que queremos expresar para hacerlo de forma adecuada, todo esto
implica procesos mentales más complejos que el del habla, pero también nos
permite dejar un registro documental del desarrollo de nuestro pensamiento.
Dominar
el código escrito supone manejar correctamente reglas de redacción, de
lingüística, pero resulta que en la actualidad estos dominios están en posesión
de una minoría de personas, aquellas que
son lectoras de libros y los que suelen escribir con frecuencia, el ciudadano
común parece no reparar en el valor de esta herramienta que le permitirá
expresar sus ideas, analizar y argumentar su saber y su cultura.
En las
sociedades que muestran poco interés por la lectura la escritura suele ser
deficiente, la persona que es un habitual lector generalmente no presenta
problemas para escribir.
Resulta que no es precisamente el hábito de la
lectura lo que prevalece hoy entre las personas y más específicamente entre los
jóvenes. Por otro lado podemos ver como los sectores más jóvenes de la sociedad
se ven seducidos por la tecnología aplicada a la comunicación. Estos nuevos
códigos de comunicación son utilitarios, pragmáticos y por ende muy rápidos, se
caracterizan por economizar la parte lingüística.
La expresión adecuada, la redacción correcta ha
dejado paso a este tipo de manejo fragmentario y empobrecedor del código lingüístico, ya sea oral como
escrito. Podemos ver en la actualidad como la lengua escrita se utiliza en
forma corriente en los SMS, en los correos electrónicos y en otro tipo de
comunicaciones vía internet, pero observamos como la expresión que se utiliza
en estos formatos digitales no se condice con el código escrito y es un pasaje
a la escritura del lenguaje oral. La oralidad y la escritura son dos códigos
diferentes que el redactor debe saber diferenciar, de manera que el escrito no
peque de incoherencias lógicas y sintácticas y que el vocabulario a utilizar no
sea pobre y poco reflexivo.
La invitación está hecha, es hora de adquirir las
herramientas apropiadas, dominar las técnicas de
escritura y comenzar a redactar correctamente, éxitos.
Fernando Chelle
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