lunes, 28 de noviembre de 2016

“El almohadón de plumas”, de Horacio Quiroga

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo sobre “El almohadón de plumas”, de Horacio Quiroga. Este escrito, forma parte del libro “El cuento latinoamericano en el siglo XX” (Colombia, 2016).





Fernando Chelle



domingo, 27 de noviembre de 2016

Clarice Lispector y el cuento

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo titulado “Clarice Lispector y el cuento”. Este escrito forma parte del libro “El cuento latinoamericano en el siglo XX”.





Fernando Chelle



sábado, 26 de noviembre de 2016

“Encuentro Literario” Universidad del Tolima

A continuación, les comparto el enlace a la grabación del “Encuentro Literario” realizado en la Universidad del Tolima, en el Auditorio Mayor de la Música, el día viernes 18 de noviembre de 2016. El evento estuvo organizado por la Asociación Amistad y Mucho Más, y ASESUT (Asociación de egresados en Sociales de la Universidad del Tolima).


Fernando Chelle

“El guardagujas”, de Juan José Arreola

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo sobre “El guardagujas”, de Juan José Arreola. Este escrito forma parte del libro “El cuento latinoamericano en el siglo XX” (Colombia, 2016).





Fernando Chelle



jueves, 24 de noviembre de 2016

“El peligro de su belleza”, de Fernando Chelle

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, del relato breve “El peligro de su belleza”, de Fernando Chelle. El texto pertenece a la obra # PUENTEMIAU, publicada por Encuentro Editorial Gato Maltrecho y Debajo del Puente, en la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander, en el mes de julio de 2016.





Fernando Chelle



Primer festival de narrativa y poesía “La literatura del arte”

A continuación les dejo el enlace a la grabación del programa Caféletreando, donde encontrarán una serie de entrevistas a algunos de los participantes del "Primer festival de narrativa y poesía “La literatura del arte”. Biblioteca Darío Echandía, viernes 18 de noviembre de 2016, Ibagué, Colombia. 


Fernando Chelle

martes, 22 de noviembre de 2016

PRIMER FESTIVAL DE NARRATIVA Y POESÍA LA LITERATURA DEL ARTE

Este vídeo fue grabado por los integrantes del programa de radio Caféletreando, en la Biblioteca Darío Echandía de la ciudad de Ibagué, la noche del viernes 18 de noviembre.



Fernando Chelle

XI ENCUENTRO NACIONAL DE POESÍA Y NARRATIVA Ibagué en Flor

A continuación les dejo el enlace a un vídeo que recoge, de forma breve, algunas de las imágenes de lo que fue el XI ENCUENTRO NACIONAL DE POESÍA Y NARRATIVA Ibagué en Flor, (septiembre 26 a octubre 1° de 2016).


Fernando Chelle

“Sensini”, de Roberto Bolaño

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo sobre “Sensini”, de Roberto Bolaño. Este escrito, forma parte del libro “El cuento latinoamericano en el siglo XX” (Colombia 2016).





Fernando Chelle

PALABRA ESCRITA RADIO 8


A continuación, les dejo el enlace al octavo programa de “Diáspora” (jueves 10 de noviembre de 2016). Tema central: “Sensini”, de Roberto Bolaño.


Fernando Chelle


lunes, 21 de noviembre de 2016

PALABRA ESCRITA RADIO 7

A continuación, les dejo el enlace al séptimo programa de “Diáspora” (jueves 03 de noviembre de 2016). Tema central: “Felicidad clandestina”, de Clarice Lispector.


Fernando Chelle

miércoles, 16 de noviembre de 2016

PALABRA ESCRITA RADIO 5

A continuación, les dejo el enlace al quinto programa de “Diáspora” (jueves 20 de octubre de 2016). Tema central: “Continuidad de los parques”, de Julio Cortázar.


Fernando Chelle


Un pomeriggio alla Coqueta (Una tarde en la Coqueta) di Fernando Chelle, Traduzione: Antonio Nazzaro (Centro Cultural Tina Modotti)


Un pomeriggio alla Coqueta* di Fernando Chelle (Uruguay)ita/espa
Sono andato a caccia di ricordi e qualche fragranza al passare.
Mi suole succedere quando guardo il brillare dei sampietrini del quartiere.
Arrivo al fiume,
all’unico,
a questo che é Nero come l’abisso però dolce come l’oboe.
Mi incaglio nel porto e divento fumo
questo sì
come loro stanno dietro mi copro con un manto.
Il manto della vita,
Il manto dei sogni,
questo che di sicuro non vedranno mai.
E lí riposo, oggi almeno,
come riposa la mia sigaretta
nella sua nervatura di cenere
alata.
* zona portuale della città Mercedes Uruguay
*
Una tarde en la Coqueta de Fernando Chelle (Uruguay)espa/ita
Me fui cazando los recuerdos y alguna fragancia al pasar.
Me suele suceder cuando miro brillar los adoquines del barrio.
Llego al río,
al único,
a ese que es Negro como el abismo pero dulce como el oboe.
Encallo en el puerto y me convierto en humo,
eso si,
como ellos están atrás echo sobre mí un manto,
el manto de la vida,
el manto de los sueños,
ese que seguro no verán jamás.
Y ahí descanso, al menos hoy,
como descansa mi cigarro,
en su nervio de ceniza,
alada.
Traduzione: cctm
Foto: Fernando Chelle
http://cctm.website/?s=dicono+di+noi  

viernes, 11 de noviembre de 2016

Una lectura del poemario “Mi norte es poesía”, del escritor Over Adelso Mendoza


El poemario, Mi norte es poesía, es un completo recorrido lírico, pero también narrativo, por la geografía nortesantandereana y por los orígenes y características de los diferentes municipios. Allí se exaltan elementos de la naturaleza, del paisaje y de las costumbres de cada lugar que se va refiriendo. Hay una clara tendencia por parte del poeta a idealizar esos elementos, porque indudablemente es una poesía nacida desde los afectos, la identificación y la gratitud del escritor con una región que lo supo adoptar como a un hijo más y donde se ha realizado como persona.
Esto nos lleva a identificar, a la hora de la lectura, dos planos que corresponden a dimensiones diferentes, la del autor del libro y la de la voz lírica, que en este caso parecen coincidir plenamente. Es un libro con una unidad temática muy clara, que está muy bien logrado y que presenta elementos que bien podrían ser utilizados desde algunos ámbitos académicos regionales como didácticos. Esto, que indudablemente es un valor positivo e intrínseco de la obra, me sugiere, por otra parte, que la recepción de la misma, indudablemente no va ser igual para un habitante de esta región del mundo, que para un ciudadano que sienta como ajenos todos los elementos que la poesía de esta obra trabaja. Por más que sea cierto, que contando lo particular se cuenta lo general y que basta contar sobre tu aldea para contar el mundo, estoy seguro que el libro de Over, le resultará más disfrutable a un ocañero, cucuteño o pamplonés que a un austríaco, ruso o japonés. Pero bueno, seguramente los lectores en los que pensó Over no fueron estos últimos y se podría decir que la obra cumple cabalmente el objetivo que se propuso el poeta.

Fernando Chelle

martes, 8 de noviembre de 2016

A donde estés




(Ejercitando el estilo epistolar con destinatario libre)
Por: Fernando Chelle

Querida Bola 8. Desde que te perdiste, o te robaron, o te escondiste, los encuentros con mis amigos no han vuelto a ser los mismos. Tú eras el alma del juego y de ti dependían nuestras desdichas o alegrías. Disfrutábamos de ir metiendo una a una a tus compañeras, lisas o rayadas según el caso y luego sí, encontrarnos solos contigo. Soy consciente de cómo se transformaban nuestros rostros al ir ganando terreno hacia ti, al escuchar el sonido de las otras bolas cayendo por el riel interno de la mesa, hasta que se detenían con un sonido profundo. Debíamos cuidarte, porque la perdición total dependía de cómo se te tratara. Si por algún infortunio llegabas a caer en un hoyo equivocado ya nada se podía hacer y todo estaba perdido. Ni la roja, ni la amarilla, tanto lisa como rayada se asemejan a ti. Quizá el negro con que te vistes, sea un símbolo ambiguo, no solo de muerte, porque indudablemente eres alguien que en un mismo momento matas a un contendor y le das vida, alegría, gloria, a otro.
El domingo de mañana, cuando quise ubicar todas las bolas en el triángulo y no estabas tú, sentí en mi pecho un vacío profundo. Pensé en tu vida, en lo que seguramente fuiste antes de vivir conmigo en esta misma casa, y por supuesto, me pregunté dónde estarías. Cerré los ojos y me transporté al África profunda. Allí, una elefanta trataba por todos los medios de sacar de un pantano a su pequeño hijo, donde había caído, quizá por curiosidad o por intrepidez. A lo lejos, en la sombra de un árbol que no pude identificar su especie, descansaba un elefante de grandes colmillos. Allí, sin saberlo, potencialmente, te encontrabas tú, Bola. Obviaré en estas líneas la imagen violenta e inhumana que me tocó presenciar cuando a aquel gigante sobreviviente al siglo de las máquinas se lo despojó de sus colmillos. Vi a las máquinas, despojar, matar, pero también transformar, crear, y de alguna manera dar vida. No me refiero a la vida de lo inerte, sino a la vida de los que a partir de creaciones como tú, por momento renacemos de esta muerte constante en que vivimos, con pulmones, con pies y con manos. Pero bueno, no te he escrito para hablar de mí, y ni siquiera para hablar de ti, quizá me distraje contándote mis pensamientos. Lo que marca este momento es tu ausencia. Hoy en la mañana, mientras aprontaba el mate, me pregunté si no te habrías ido a juntar con tus hermanas. Quizá este pensamiento se debió a que en la última imagen que recuerdo de tu proceso de gestación, tú te encontrabas con muchas bolas iguales a ti. Eran todas bolas 8, negras, brillantes, sin ningún tipo de uso. Se les notaba en la apariencia que nunca habían sido picadas por las cabezas azules de tiza de los tacos, que nunca habían chocado contra otras bolas, ni contra baranda alguna, ni tampoco habían bajado por canales internos de mesas desconocidas, en una especie de tobogán conducente a la nada momentánea, al silencio, a la oscuridad y a la quietud. Para irme despidiendo, Bola, te cuento algo que estoy seguro que te resultará gracioso. Alejandro, mi viejo amigo, al que tú conoces tanto como yo, el que una vez te escondió, lo recuerdas, ese mismo, me dio una idea, me planteó una solución transitoria. Él dice que a falta de tu presencia podríamos elegir otra bola que te suplante y otorgarle el cargo simbólico de bola 8, o sea, el cargo que solo tú estás destinada a ocupar. Esto indudablemente traería un problema, porque ya sea que elijamos para ocupar tu cargo a una bola lisa o a una rayada, uno de los equipos, o de los jugadores, quedaría con una bola menos. Yo entiendo la propuesta de Alejandro, y quieres que te sea sincero, Bola, y no quiero que te enojes por esto, la propuesta de Alejandro, a mí ya se me había ocurrido. Por esto te escribo, casi suplicándote para que aparezcas, para que muestres nuevamente tu hermosa cara negra en este sitio. Porque sabes qué, Bola, yo quiero seguir jugando, contigo o sin ti. Tú sabes que aquí te espero y que cuando regreses tendrás tu puesto, pero si no lo haces, la vida continuará.
Sin más que decir, y esperando esperanzadamente tu feliz regreso, te saluda atentamente, tu antiguo dueño,

Fernando

# PUENTEMIAU
Narraciones breves del laboratorio literario debajo del puente
GATO MALTRECHO EDITORIAL

lunes, 7 de noviembre de 2016

“La excavación”, de Augusto Roa Bastos

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo sobre La excavación”, de Augusto Roa Bastos. El artículo forma parte delo libro “El cuento latinoamericano en el siglo XX” (Colombia, 2016).




Fernando Chelle



“LITERATURA UCRÓNICA”

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo sobre “LITERATURA UCRÓNICA”. El artículo pertenece al libro” Las otras realidades de la ficción (Colombia, 2016).





Fernando Chelle

El no va más de la China


(Narración con dichos y refranes)
Por: Fernando Chelle

La vio venir de lejos cuando estaba amargueando a la sombra del paraíso. Quieto como rulo e’ estatua, dejo que viniera como avispa por la vara. Ya en el lugar, la china se sentó en el cráneo de vaca que estaba libre junto al fogón improvisado, y le echó una mirada que era un cuchillo de punta.
–Me va a colgar la galleta o qué– dijo Rosendo de forma inquisidora.    
–Rosendo, Rosendo –contestó la China– usted sale con sus amigos a la pulpería del pueblo, habla de mí, y pretende que yo no me entere. Pero no, usted se puede creer un hombre de pelo en pecho, alguien que se lleva el mundo por delante, pero sabe que, usted es un gaucho bruto, mal hablado y mal agradecido. Así que yo soy más fiera que susto de medianoche eh, conteste, no se quede ahí como pollo mojado, quietito como cuzco en bote, como si no hubiera pasado nada.
Rosendo permaneció callado por un momento y cuando quiso hablar tartamudeó.
–Ve Rosendo, ve que no sabe qué decir –dijo la China enfurecida– ahora qué, va a empezar con el ge ge pa’ decir Gregorio. O usted cree que yo no sé, que por la plata baila el mono. Que usted está conmigo porque está seco como parto e’ gallina, más pelado que culo e´ mono. Pero no gauchito bruto, hasta aquí llegó mi amor. Y se lo digo así, tranquila como agua e´ pozo y cortito como patada e’ chancho, pa’ que lo entienda. Así que el señor se burla con sus amigos, diciendo que todo bicho que camina va a parar al asador. Pues sepa que este bicho se cansó gauchito.
La China se paró del cráneo, hizo sonar el mate en los labios, se lo devolvió a Rosendo, que permanecía quieto como ojo e’ vidrio, y se alejó del paraíso sin mirar atrás.
Ahí tiene por bobeta, pensó Rosendo para sí. Querías la chancha y los cuatro riales y mírate ahora, desorientado como caballo en azotea y más solo que el uno.
No supo si salir tras la China, apurado como rengo en tiroteo o si echarse para atrás como gorda con calor y esperar a que el tiempo pasara. Mientras miraba como la China se alejaba, se cebó otro mate y con la bombilla entre los labios se dijo,
–Y bueno, ¿qué le vamos a hacer? así es la vida, Dios le da pan al que no tiene dientes.

# PUENTEMIAU
Narraciones breves del laboratorio literario debajo del puente
GATO MALTRECHO EDITORIAL

sábado, 5 de noviembre de 2016

“El talón de hierro”, de Jack London

A continuación, les dejo el enlace a la lectura que realiza el profesor granadino, Franz Serrano Rodríguez, de un artículo sobre “El talón de hierro”, de Jack London. El artículo pertenece al libro Las otras realidades de la ficción (Colombia, 2016).





Fernando Chelle



viernes, 4 de noviembre de 2016

La piqueta fatal del progreso




(Ejercicio sobre los lugares olvidados)
Por: Fernando Chelle

Los lugares, como los hombres, tienen marcas, cicatrices que el paso del tiempo y los acontecimientos imprimen en su apariencia. Qué sucede cuando un hombre vive o vivió, y por ende recuerda, y puede contar las marcas de un lugar, de un sitio, de un otro cuerpo que lo contiene o lo contuvo, donde él habita o habitó. Lo que sucede es que ese sitio, ese lugar, pasa a ser parte de la vida del hombre. Y si de repente sucede algo que provoca que el sitio y el hombre se separen, este último queda despojado de una parte de su ser. 
Los lugares inevitablemente contienen a los hombres, pero hay muchos de estos que no se sienten contenidos. Son los que nunca echarán de menos el suelo que pisaron, las paredes a las que se recostaron, o los vidrios en que se vieron reflejados.
Conocí un hombre, no importa aquí su nombre, no es relevante, que no lo despojó el tiempo, el dinero, los cambios, ni la piqueta fatal del progreso. Cuando todo se terminó en su continente se reusó a dejar de ser contenido.
Se siguió levantando todas las mañanas a la misma hora. Desayunaba conversando con su mujer, con la que generalmente planificaba las salidas del fin de semana, y se iba a trabajar. Ella nunca supo de su jubilación, ni mucho menos del cierre de la fábrica. Alrededor de las siete y media, llegaba al barrio de su trabajo, compraba el diario en el quiosco de la esquina y se encaminaba a desempeñar sus funciones. Estas consistían únicamente en desafiar la muerte, en fusionarse en un espacio que ya nadie necesitaba ni usaba, un lugar que todos habían abandonado, todos menos él, quien no lo abandonó por no abandonarse.
Algunos vecinos que lo veían llegar pensaban que estaba loco, otros, los que sabían de su lucha cotidiana por permanecer en un ayer eterno, trataban, de la forma más sutil, de hacerlo entrar en razón. Que ese tiempo ya pasó, que mire por su familia y por las cosas buenas que le ha regalado la vida, que pronto el lugar desaparecerá y que allí se construirá otro sitio, que así evolucionan las sociedades. Qué forma tan irracional de evolucionar respondía, hacer desaparecer lo que ya existe, causándole dolor a las personas que ya existen para construir cosas que no existen más que en la imaginación, también para personas imaginadas, los locos son ustedes concluía. 

 El ser y la nada
(Poema reflexivo, que surgió tras el ejercicio acerca de los lugares olvidados)

Por: Fernando Chelle

Cargamos en nuestros hombros el olvido que seremos
los girones del recuerdo que nos habita
y la falsa certeza de lo que nunca fue.

Somos al mismo tiempo, semilla, flor y fruto
en camino a la nada, o a la única salvación
la del recuerdo,
ese sitio que construirán los otros
donde finalmente habitará lo que nunca fuimos.

 # PUENTEMIAU
Narraciones breves del laboratorio literario debajo del puente
GATO MALTRECHO EDITORIAL
https://drive.google.com/file/d/0B3Kr41kFa5cyNDlZcGFPT1cyMzA/view

jueves, 3 de noviembre de 2016

Después de la extracción



(Relato de una anécdota, para que sea trabajada por otro miembro del área de escritura)

Por: Fernando Chelle

La mañana del miércoles 15 de junio fui a la clínica San José a donar sangre. El día anterior había sido el día mundial del donante de sangre y preferí no ir ese día suponiendo que habría mucha gente. Llegué poco más de las 7 y 30, pero tuve que esperar hasta las 8 que llegara el médico que habilitaba a las personas aptas para la donación. El proceso fue el de costumbre y no pasó nada relevante que merezca ser contado. Después de la extracción y después de haber comido unas galletas con un jugo me dirigí nuevamente a mi casa. Aquí viene la parte sabrosa de la anécdota. Cuando venía bajando por la Avenida Cero, llegando a la Calle 10, sentí que comenzaba a descompensarme. El semáforo estaba en verde, de manera que aceleré para salir de ese sitio tan transitado, con tanta suerte que llegué también a alcanzar a pasar en verde el semáforo de la Calle 9. Hasta allí llegué. Recuerdo que estacioné el carro como pude, vino a mi encuentro una señora de un parqueadero y en lugar de ofrecerme el servicio del sitio para el cual trabajaba, lo primero que me dijo fue: “está malo, quiere que le llame un médico”. Hasta ahí recuerdo. La siguiente escena, comienza a desarrollarse para mí en un almacén de colchones que está ubicada precisamente en la esquina de la Avenida Cero con la Calle nueve. Al abrir los ojos, veo a la señora del parqueadero, al señor de los colchones y al musculoso de la tienda de nutrición contigua al almacén de colchones. Está bien me preguntaba el musculoso, quédese tranquilo decía la señora del parqueadero, denle azúcar dijo otro muchacho, tráiganle panela gritó el colchonero. En fin, poco a poco me fui recuperando de la descompensación sufrida tras la extracción de sangre. Llamaron a mi esposa, ella me vino a buscar, nos fuimos para la casa y el día continuó como de costumbre.  

 # PUENTEMIAU
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miércoles, 2 de noviembre de 2016

El peligro de su belleza


(Creación literaria realizada a partir del conocimiento de una anécdota contada por otro compañero del grupo de escritura).

Por: Fernando Chelle

La había visto muchas veces frente al malecón, en el balcón de la casa de su padre. Se preguntaba, por qué siempre se encontraba allí, como la muchacha de un cuento que leyó alguna vez, que estaba enamorada del balcón, que miraba a los transeúntes que pasaban por la calle a través de vidrios de colores y que el día que el balcón se desmoronó se declaró viuda. Este seguramente no era el caso, pero le gustaba pensar que si él hubiera sido visto por la muchacha a través de un vidrio de color, el color hubiera sido el verde. Siempre le gustó estar en soledad y entre plantas.
La única vez que la vio en la calle, caminaba con su padre de la mano, cerca de su precaria urbanización. Sabía que era muy difícil que ella pasara por los sitios que él frecuentaba, que seguramente la muchacha preferiría caminar más cuadras, dar una vuelta enorme para llegar a su casa, que atreverse a cruzar por su barrio. Pero un día no fue así, un día la vio pasar a su lado y pasó de desearla a temerle. Había estado tomando vino con amigos desde el mediodía hasta la caída del sol. La borrachera lo hizo caer en un profundo sueño. Mientras dormía, soñó que Dios le hablaba, le decía que estuviera atento a sus mensajes y sobre todo a su mensajera. Despertó entre dormido e incrédulo y caminó tambaleando hacia una escalera desde donde se divisaba el malecón. Abajo, una mujer joven, con su falda y cabellos movidos por el viento venía en su dirección. Al ver la imagen, completamente blanca, un sudor frío corrió por su espalda. Cuando el espectro, porque no pudo definirlo de otra forma, estuvo a tres metros la reconoció. Era la muchacha del balcón, seductora, bella como siempre la había visto, pero ahora mensajera divina, encarnando a la propia muerte. Por eso la muchacha decidió pasar por allí, para mirarlo a los ojos y decirle con la mirada que ella era la mensajera. Desde ese momento, él comprendió que no debía desear la muerte, todo lo contrario, debía alejarse de ella, y desde ese momento fue él el que comenzó a caminar más de lo debido para evitar encontrarse con el peligro de su belleza. 

# PUENTEMIAU
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martes, 1 de noviembre de 2016

En un envase distinto



Retrato de un compañero (Susana Quintero)

Por: Fernando Chelle

Supuse que venía de la guerra, huyendo de la guerra. No solo porque por esta época llegan de otros lugares, sino porque su propio aspecto era su carta de presentación. Era alta, blanca, de ojos claros, esos rasgos  foráneos indicaban claramente que no era una descendiente de los antiguos Barí, eso era seguro. Cuando la escuché hablar corroboré que se trataba de una extranjera, pero no de la vieja Europa, ni de Norteamérica, era una venezolana de pura cepa. Me recordó a Diego, un uruguayo hijo de padres japoneses. Uno lo miraba y era un típico japonés, pero cuando abría la boca y hablaba uno quedaba completamente descolocado, hablaba como cualquiera de nosotros. Eso mismo, esa voz en un envase distinto era Susana. Una mujer con una sensibilidad artística extraordinaria, que pasa sus días, entre exposiciones artísticas en un museo que dirige y la biblioteca pública, donde tanto lee un libro, conversa con Julio (el director), como teje crochet. La conocí, recuerdo, en junio de 2016.

# PUENTEMIAU
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GATO MALTRECHO EDITORIAL