Poesía de los pájaros pintados
· Editorial: CreateSpace Plataforma Independent Publishing; 1 edición (27 de diciembre de 2013)
· ISBN-10: 1494809419
· ISBN-13: 978-1494809416
Selección de algunos poemas tomados al azar del libro
Poesía de los pájaros pintados
Yo lírico
Poeta de la espuma
circunstancial
cazador de recuerdos
de fragancias pasadas
avaro de ese cofre
donde descansa tu nombre
tallado a punta de
diamante.
Poeta de un río, negro
como el abismo
y dulce como el oboe
alfarero de esa bohemia
hechicera de paso lento
ojos de fuego y manos de
tierra.
Poeta del humo
cobijo del amor
que duerme y sueña,
descansa
en su nervio de ceniza
alada.
Calles de mi ciudad
En estas calles de la
ciudad mía,
y extranjero en las
calles de mi ciudad
yo tuve patria donde
corre el Negro
por entre verdes islas
y fantasmas de viejos
eucaliptos.
Farolito de papel
Excepcional exilio
voluntario y voluptuoso
solitaria rebeldía
pasionalmente anárquica
sueño ensoñado de
belleza
subjetiva, idílica,
terreno exquisitamente
melancólico
en la naturaleza
apacible,
divina
místicamente enamorada
del poeta
llama de la eternidad.
Al Gran Sol
Ilumina
el templo con el poncho
que
hasta los ricos se verán deleitados.
Pon tus
hebras de fuego extendidas
sobre la
tenebrosa y profunda unidad.
Haz arder los rostros de los suicidas
para que
con tu humo no se esfumen
y años
de albañilería no sucumban
en un
momento de derrumbamiento.
Entibia
la guarida de la esperanza
que como
un lagarto se dejará a-dorar
ante tu
imperio de luz.
Infunde
en mi tu poder,
haz que
yo haga amanecer
encendiendo
palabras y sonidos
colores
y notas.
Mieles de luna
Donde,
mi hechicera bohemia, andan tus pasos
tus ojos
de fuego, tus manos de tierra.
Acaso
arrastrarías tu manto de estrellas
por las
estrechas calles de esta noche sin luna.
Ven a
poblar mi soledad de árbol
mi
ausencia sin canciones
mis
poemas febriles
como
viudas sin dote.
No
dudaría en arrebatar tus labios de sangre
derramarme
en la miel de tu vientre,
y
guardar mis nervios, dagas que me atraviesan
en el
cofre blanco que se esconde
en las
lunas de tu pecho.
Casualidad
Mujeres altas
faunos de mi existencia.
El vértigo ha vuelto a
apuñalarme,
ayer salieron de un
recuerdo de Artaud,
recuerdo de una escoria,
hoy vienen con esta
lluvia de jueves,
lluvia germinal,
altura de precipicio
de verticalidad
de erección infinita
de perspectiva que
dirime
el extrañamiento
del salto.
Caeré en tu pecho
Caería
como una manzana
fundido
por tu dulzura,
precipitándome
ante tu carne morena,
así
podría beber de tus ojos de gata
y
arrebatarte tus labios de sangre.
Caería
como Adán ante Eva
en el
cascabel de un nido de serpientes
y junto
a ti, sublime
contra
todo lo esperado
lograría
despojarte de tus perennes hojas.
¡Oh
mujer de mis delirios!
mi débil
carne gime por ti
y siento
que la sangre que me habita
late en
tu pecho
como en
su nido.
Credo poético
Creo en
la flor de la tarde
agitada
como abanico de sangre
caída a
tus pies de ninfa.
Creo en
el ave de hierro
dejando
caer sus plumas
como
cuchillos de sombra.
Estoy
seguro de la seguridad
de los
volantes, de los dados
y de tu
vientre de niña.
Me he
convencido de la caída
y de la
ascensión, pero mi grito
quisiera
apuñalar
la ley
de gravedad.
Trampos
Será mañana este hoy
que está sujeto,
hundido en el letargo de
la quietud.
Pero el reflejo viene
desde un solo lugar.
Huir de los espejos
de las caídas
narcisistas.
Solo el sol me llama
el vidrio extiende su
filo.
Caen mis pedazos
después de viajar sin
asideros
sin transitados muelles.
Suena el acordeón del Mingo
al solcito de Poulliér.
Despertar
Amanezco junto al mar,
me confundo con las
gotas que
caen en mi carpa, tercer
pilar
de Santa Lucía del Este.
Toc, toc, tero, tero…
un lugar del mundo
donde la arena es libre
donde el emperador
silencio
ha llegado con su
orquesta
de vientos.
¿Y el amor?
duerme y sueña
¿y el amor, hombre de
fuego?
descansa
en su nervio de ceniza
alada.
Recuérdame
De romántico a trágico
imposibilitado el amor
se levanta el muro.
Calla el exterior para
dar paso
a dos balas en
direcciones distintas
que se rozaron.
El tiempo no ha mudado
su costumbre
dejando nuevos colores
no siempre vivos
y algunas veces
inesperados.
Entonces, nosotros, los
de entonces
ya no somos los mismos.
Y bien, quedémonos con
la flor
la espina no, la flor
porque hubo flor.
Del río al mar
Nací herido por los
rayos de la luna lorquiana
cerca de un río
solitario
negro como el abismo
con la pupila fría de
las quimeras.
Hoy soy un toro con una
flor en la boca
tratando de hacer sentir
su peso,
ya mi desesperación
te picará en los ojos
mujer
porque será imposible
ponerle diques al mar.
Patio de la abuela
Ciprés ascendente en
precipitación vertical verde,
espinas de un marchito
borracho combustible,
azahar de naranjos
cargados de continuo,
nota amarilla de un
limón colgante,
la tierra en su sequedad
se ha partido.
1959 dicen tus pilares
arcanos,
agujas que descansan en
una
almohada de terciopelo,
lento como tu sombra veo
caer el sol.
Tu bastón de la tarde
ha reflejado un grito
en el largo pasillo
que lleva a los
pinceles.
El búfalo en su cueva
observa extrañado
el discurso que un día
supo ser resistencia
y ahora que tu perfume
no puebla ya esta tierra
llegó para quedarse tu
verde melodía.
Una tarde en la Coqueta
Me fui cazando los
recuerdos y alguna fragancia al pasar.
Me suele suceder cuando
miro brillar los adoquines del barrio.
Llego al río,
al único,
a ese que es Negro como
el abismo pero dulce como el oboe.
Encallo en el puerto y
me convierto en humo,
eso si,
como ellos están atrás
echo sobre mí un manto,
el manto de la vida,
el manto de los sueños,
ese que seguro no verán
jamás.
Y ahí descanso, al menos
hoy,
como descansa mi
cigarro,
en su nervio de ceniza,
alada.
Hola, me gustó tu poesía de los pájaros pintados, tiene versos muy sugestivos. Te dejo el link de mi blog: http://www.cajondeletras.red Si gustas intercambiamos ligas. Saludos
ResponderEliminar¡Gracias Rocío! Saludos.
ResponderEliminarAbrazo Fernando tudo de bom amigo😀😀💕
ResponderEliminar¡Muito obrigado!
EliminarFelicitaciones...bella poesía, inspiradora
ResponderEliminar¡Muchas gracias Carolina! Cordial saludo.
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