La belleza, que vive eternamente esculpida en el silencioso
mármol de una urna griega, despierta interrogantes en el poeta y lo lleva a
reflexionar sobre la inmortalidad del arte y la fugacidad del hombre. “Oda a
una urna griega” es el poema más conocido de John Keats, escrito en 1819 y
publicado en 1820, considerado una cumbre del Romanticismo inglés. A partir de
la contemplación de una urna griega, Keats se evade hacia un tiempo mítico para
reflexionar sobre la permanencia del arte frente a la caducidad de la vida
humana. El poeta observa las escenas esculpidas: músicos eternamente tocando,
amantes que no alcanzan a besarse, árboles que no pierden sus hojas, una procesión
detenida antes del sacrificio. En todos estos detalles, se percibe la tensión
entre lo mutable de la experiencia humana y la permanencia inmutable de la
belleza artística. La estructura del poema (cinco estrofas de diez versos)
alterna entre la reflexión filosófica y la descripción vívida, usando
interrogaciones retóricas para acentuar la distancia entre el espectador y la
obra de arte. En los dos últimos versos, “La belleza es la verdad, la verdad
belleza”, Keats condensa su visión estética: el arte es eterno porque preserva
la belleza, y esa belleza es la única verdad que permanece. Este análisis
presenta el poema como un diálogo entre el objeto artístico y el lector,
invitando a reflexionar sobre cómo la poesía y el arte detienen el tiempo,
inmortalizando instantes de belleza que trascienden la fragilidad de la
existencia humana.
martes, 9 de diciembre de 2025
¿Por qué la belleza es verdad? Keats y la Oda a una urna griega
Fernando Chelle
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