sábado, 16 de enero de 2021

Un prólogo y una necesaria aclaración


Primero: la necesaria aclaración.

 

Hoy, sábado 16 de enero de 2021, han llegado a mi casa de la ciudad de Cúcuta cuatro libros del escritor cucuteño radicado en Santa Marta, Gabriel Zárate. Entre esos libros, está el titulado “Sentimiento tierno y frágil”, obra que tuve el gusto de prologar. Al comprobar, alarmado, como mi prólogo ha sido modificado burdamente, me veo obligado a deslindarme totalmente de esa publicación y compartir por este medio el texto original. 

Veo, con horror, como se han quitado puntos y comas de donde debían ir. Sirva decir que tienen que pasar casi 200 palabras para que aparezca el  primer punto, porque en los dos primeros párrafos, que convirtieron en uno, alteraron toda la puntuación, una vergüenza. Otro tanto podría decir de lo que se hizo con los adverbios, con los artículos, con la sustracción de los indefinidos, en fin. Es lamentable, porque quien lea ese texto, aparentemente escrito por alguien que desconoce las leyes mínimas de la gramática, me lo va a atribuir a mí, porque soy yo el que aparece como firmante.

Pero bueno, para evitar lo anterior, reproduzco a continuación el prólogo original.

 

Fernando Chelle

 

Segundo: el prólogo.

 

La necesaria intimidad del ser

 

Poetizar es propiamente dejar habitar. Ahora bien, ¿por qué medio llegamos a tener un habitáculo? Por medio del edificar. Poetizar, como dejar habitar, es un construir

Martin Heidegger

 

Si bien Gabriel Zárate Caballero nació en la ciudad de Cúcuta, donde yo resido desde el año 2011, lo conocí el año pasado en la ciudad de Santa Marta, en el Centro Cultural y de Capacitación Cajamag. Hasta allí me había llevado la gira Pentágono de Recitales, organizada por LIT Asociación de Literatura, para dar un taller sobre técnicas narrativas. A los pocos meses lo volví a cruzar aquí, en la ciudad de Cúcuta, cuando vino a presentar su libro del 2009 La Secreta: de la realidad a la fantasía, una obra que recorre prácticamente toda su vida, pero que se centra, fundamentalmente, en el secuestro del cual fue víctima en 1998, cuando trabajaba como agente del C.T.I.  

Después de haber leído ese libro, y de conocer la formación científica de Gabriel, hoy me resulta un tanto extraño estar escribiendo unas palabras preliminares a un libro de características poéticas, como lo es Un sentimiento tierno y frágil (2020). Y lo defino de esa forma, porque no podría decir que se trata de un poemario o de un libro de poemas. En realidad, lo que encontramos en la obra es una sucesión de relatos breves con una intencionalidad poética, una prosa lírica si se quiere, pero, salvo en unos pocos casos que aparecen casi al final, son textos con estructuras narrativas.

Se trata de una obra intimista, donde hasta podemos percibir la parte emocional y pasional del escritor. Porque, si bien está claro que hay que establecer una diferenciación entre la voz poética de los textos y el verdadero autor, este es un libro que tiene un tono casi confesional, donde Gabriel, no sólo se refiere al amor, a la mujer y al deseo, que son los temas fundamentales de la obra, sino que también se detiene en una gran diversidad temática, y siempre lo hace desde una perspectiva muy personal. A través de los textos nos iremos encontrando con una voz reflexiva que, además de referirse a los temas ya señalados, se detiene en aspectos de la vida tan diversos como el de la salud, la soledad, el pasado, la naturaleza, la familia, el paso del tiempo y la fe. En fin, parece haber lugar para todo en este acercamiento poético a la realidad que supone Un sentimiento tierno y frágil. En ocasiones encontramos, además de una postura reflexiva frente a las cosas, una mirada cientificista de la que el autor no ha querido despojarse. Hasta para hablar del confinamiento en el que estamos viviendo tuvo lugar Gabriel en su obra.

No comentaré, ni citaré ninguno de los textos. Lo dejaré a usted, querido lector, para que se sumerja directamente en el mundo de la obra, que es, a su vez, un espejo del mundo circundante, visto desde la perspectiva particular de la voz poética creada por Gabriel Zárate Caballero. Adelante, ingrese, yo se lo recomiendo.

 

Fernando Chelle

San José de Cúcuta, 8 de septiembre de 2020

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