viernes, 24 de abril de 2020

Prólogo del libro "Asepsia", de José Ignacio Cáceres Serna


Prólogo

Un asomo a la esterilización lingüística


“Bello como el encuentro fortuito, en una mesa de disección,
de una máquina de coser y un paraguas”

Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont


Siempre es interesante entrar en contacto con una producción artística de José Ignacio Cáceres Serna. Y hablo de producción artística, así en general, porque tratándose de su persona, podría estar refiriéndome a artes plásticas, escénicas, producciones en formato acústico, o a una obra literaria, como es el caso que nos ocupa. Es algo atrayente, porque se trata de un artista integral, sensible ante las diferentes manifestaciones estéticas, alguien que en ocasiones hasta nos sorprende con artefactos híbridos, y sirva como ejemplo su poemario de 2016 Color inn color hado, un claro producto donde parecen fusionarse el pintor con el poeta. Pero quizás ese poemario de los colores no sea el texto más indicado para comenzar a decir algunas palabras sobre Asepsia. Este nuevo trabajo, si bien comparte con Color inn color hado el hecho de que se trata de un libro de poemas, técnicamente está mucho más próximo a otras obras poéticas del autor, como por ejemplo La poesía y el apotegma de 2015, como Oraciones y poblaciones de 2017, o incluso, como su último poemario, publicado el año pasado, titulado En silencio. Si reparamos en estas últimas tres obras, veremos que tienen en común que los textos comienzan con una misma palabra. En la obra de 2015, los poemas se abren con la palabra “ajenos”, en la de 2017 con la palabra “explosión” y en la de 2018, los textos se abren con las palabras que dan nombre a la obra “en silencio”. Esto es justamente lo que sucede con el poemario Asepsia, donde los diferentes poemas comienzan con el término que da título a la obra. Se trata de un conjunto de más de setenta textos breves (entre cinco y diez versos libres cada uno de ellos), en donde Cáceres desarrolla un universo literario muy diverso. Lo que hace justamente es diversificar el término “Asepsia” connotarlo de las formas más inimaginables, para que le permita referir múltiples temáticas. Conceptos trascendentales como el tiempo y el espacio, comentarios sobre el comportamiento del hombre en la sociedad y frente a la naturaleza, las pasiones, los sentimientos, el arte, la espiritualidad, en fin, todos los temas parecen ser abordados por el poeta, partiendo de un término que, en principio, parecería incluso poco relacionable con los numerosos aspectos que hacen a la vida del hombre, porque ese es, en definitiva, el pilar sobre el que se sostiene toda la obra. La voz lírica que encontramos en Asepsia es mucho más reflexiva y lúdica que anecdótica. No conocemos a través de estos poemas la vida de un hombre en particular, pero sí nos asomamos a aquello que trasciende cualquier tipo de cotidianeidad. Pero bueno, parece como si yo quisiera referirme a todo y me olvidara que usted, amable lector, todavía no ha leído el libro, así que lo mejor será que me vaya retirando para que usted se asome a la obra que tiene en las manos, la de un artista polifacético, además de muy querido. Hágalo, asómese, se lo recomiendo.

                                                                                                                              
Fernando Chelle
 San José de Cúcuta, 25 de julio de 2019

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