El no-estilo del mundo interior
Escritora brasileña de origen
judío nacida en Ucrania. Una de las narradoras más importantes del siglo XX en
su país y en su lengua. Este artículo recorre su biografía, su obra, su
cuentística, su estilo y analiza literariamente uno de sus cuentos más
representativos: Felicidad
Clandestina.
Por:
Fernando Chelle
I
Continuando con mi viaje
literario por el cuento latinoamericano, le ha llegado el turno a Brasil. Este
país no presenta las facilidades de Colombia a la hora de elegir un cuentista
representativo. Son muchos los autores que podrían haber sido elegidos, pienso
en Joaquim Machado de Assis, João Guimarães Rosa, Carlos Drummond de Andrade o
el propio Jorge Amado, por nombrar solo algunos de los más representativos de
este inmenso territorio. Al final, he decidido trabajar, con un cuento de la
gran escritora brasileña, nacida en Ucrania, Clarice Lispector (Chechelnik,
Ucrania, 10 de diciembre de 1920 ‑ Río de Janeiro,
Brasil, 9 de diciembre de 1977). Elegí para comentar en el presente
artículo, el cuento titulado Felicidad
clandestina, relato con que se abre el libro homónimo, publicado en
la ciudad de Río de Janeiro en el año 1971.
La autora
Clarice Lispector, quien nació
con el nombre de Chaiuya Pinkhasovna Lispector el 10 de diciembre
de 1920, en Chechelnik, Ucrania, fue una escritora de origen judío. Llegó
a Brasil, a la ciudad de Recife, con pocos meses de edad, luego de que sus padres
emigraron de Ucrania. Cuando la niña contaba con apenas diez años, fallece su
mamá. Su veta como escritora se dejó ver muy temprano en su vida. Comenzó
enviando relatos al Diario
de Pernambuco, pero se los rechazaron con la excusa de que eran una
mera expresión de sensaciones y carecían de acción narrativa. Esta
característica tan temprana de alguna manera siguió estando presente en su
carrera literaria y es una de las particularidades principales de su narrativa.
A los catorce años, se traslada junto a su familia a la ciudad de Río de
Janeiro, donde estudia la carrera de Derecho y comienza a colaborar en algunas
revistas y periódicos. En el año 1943, publica la novela Cerca del corazón salvaje, con la
que obtiene el primer reconocimiento de su carrera, el premio Fundación Graça
Aranha, al mejor libro del año. En ese mismo año se casa con un compañero de la
universidad, el diplomático Maury Gurgel Valente, con quien vive en diferentes
países (Italia, Inglaterra, Francia y finalmente Suiza, donde nace su primer
hijo, Paulo). En 1946 publica su segunda novela, O lustre. Clarice, quien
tiene una correspondencia casi cotidiana con el escritor Fernando Sabino, se
siente infeliz en el extranjero y siente nostalgia de Brasil. Regresa a Río de
Janeiro recién en el año 1949, donde retoma la actividad periodística
firmando con el seudónimo de Tereza Quadros. El destino quiso que en el
año 1952 tuviera que abandonar nuevamente Brasil y trasladarse a vivir,
junto a su marido, a EE.UU., donde al año siguiente nació Pedro, su segundo
hijo. Allí vivió siete años y cultivó gran amistad con el también escritor
brasileño Érico Veríssimo. Nunca abandonó las publicaciones en medios
brasileños, ni las correspondencias con autores como Otto Lara Resende. El
reconocimiento literario comenzó a llegarle en el año 1954, con la
traducción al francés de Cerca
del corazón salvaje, este libro se publicó con una portada del
pintor Henri Matisse.
En el año de 1959 se separa de su
marido y regresa a Río de Janeiro, donde comienza una etapa productiva y
exitosa. En 1960, publica con gran éxito
Lazos de familia, su segundo libro de cuentos. De 1961 es la
novela La manzana en la oscuridad y
de 1963, la novela que se considera su obra maestra, La pasión según G.H.
En el mes de septiembre del año
1966 la escritora es rescatada de en medio de las llamas, cuando su dormitorio
se incendió. Clarice se quedó dormida con un cigarrillo encendido y esto
produjo el fuego. Pasó algunos meses en un hospital recuperándose de las
quemaduras, pero le quedaron secuelas que la acompañarían hasta su muerte. Su
cuerpo y también su obra van a quedar marcados por este hecho trágico. En el
mes de diciembre de 1977, víctima de un cáncer de ovarios, muere en la
ciudad de Río de Janeiro, a los 56 años, pocos meses después de la
publicación de su última novela: La hora
de la estrella.
Los cuentos
El primer libro de cuentos
publicado por Clarice Lispector es una recopilación de seis relatos, donde se
pueden apreciar las características por las que fue rechazada en su niñez por
el Diario de Pernambuco.
Son relatos donde la acción parece quedar de lado y donde se privilegian las
sensaciones de los personajes. El libro fue publicado en el año 1952 y se
titula: Algunos cuentos.
Como se dijo en el apartado
anterior, en el año 1960 publica con gran éxito Lazos de familia, su segundo libro de cuentos. Aquí la
autora se centra fundamentalmente en la vida familiar y su individualidad
compleja. Su gran amigo en la etapa norteamericana, el escritor brasileño Érico
Veríssimo, dijo que este libro es “la
mejor colección de relatos desde Machado de Assís”. El siguiente
libro de cuentos presenta trece relatos de temáticas variadas y fue publicado
en el año 1964, bajo el título: La Legión
Extranjera. El siguiente libro de cuentos publicado es
de 1971, se titula Felicidad
clandestina. Es un libro intimista, una de las obras más conocidas
de Clarice. El cuento homónimo, con que se abre la obra, texto que analizaré en
la segunda parte de este artículo, también es uno de los más representativos de
la autora, por esta razón es que lo elegí.
En 1974 Clarice Lispector va a
publicar, quizá, sus dos libros de cuentos más controvertidos: El vía crucis del cuerpo y ¿Dónde estuviste anoche?, donde se
presentan fundamentalmente relatos de tono erótico y sexual. Finalmente, la
obra cuentística de Clarice Lispector se va a completar con el libro
titulado La bella y la bestia,
una obra que recoge relatos de sus primeros y últimos años y que fue publicada
por su hijo en el año 1979.
Características narrativas
Clarice Lispector alguna vez
definió su estilo como un no-estilo. Fue una autora que siempre le dio más
importancia al flujo de la conciencia de los personajes, a lo íntimo y
psicológico, que a las acciones narrativas. Esto hizo que algunos críticos
compararan su escritura con la de autores como Virginia Woolf o James Joyce.
Sus cuentos nos muestran el interior de los personajes, los procesos mentales,
las vivencias personales. Siempre, en sus historias, lo que sienten los
personajes frente a los acontecimientos es más importante que los propios
acontecimientos. La vida íntima, compuesta por miedos, secretos, deseos, es lo
que interesa, los hechos van a importar solamente por lo que logran despertar
en los personajes. Dentro de sus relatos encontramos distintos tonos, algunos
son eróticos, otros tristes o divertidos, pero siempre transcurren en medio de
atmosferas cotidianas, allí es donde vemos las impresiones y sensaciones. Son
historias que por lo general transcurren en espacios domésticos, donde se
encuentran los acontecimientos familiares, es allí donde los personajes,
fundamentalmente mujeres, proyectan lo que tienen en su interior, donde
experimentan las emociones. Ese interés por describir las sensaciones, la vida
íntima, los anhelos, se ve claramente en Felicidad clandestina, el cuento elegido para el
análisis. Es un relato que muestra de forma magistral la mirada infantil, los
pensamientos, sentimientos y sensaciones de una niña. Un cuento que repara en
la crueldad y el dolor, pero también en la alegría y la pasión.
II
“Una mirada de mujer,
quizá también una escritura de mujer. Clarice Lispector hincó en el mundo su
mirada de mujer inteligente, capaz de captar las mínimas sensaciones, los
mínimos detalles y de saber que nada, por pequeño o banal que parezca, carece
de importancia. El mundo de lo cotidiano, de lo sin historia, que ha sido
durante siglos el mundo de la mujer, puede proporcionar innumerables sorpresas,
basta con saber mirar y entender esos signos de una realidad subyacente”.
Elena
Losada Soler
Analizaré literariamente el
cuento titulado Felicidad
clandestina, relato con que se abre el libro homónimo, publicado en
la ciudad de Río de Janeiro en el año 1971.
El tema central del cuento gira
en torno a la maldad, el sufrimiento moral y la humillación que soporta una
niña por parte de una compañera de colegio. La antagonista del relato, una niña
gorda, baja, pecosa y de busto enorme, llevada por la envidia, no solo a la
protagonista, sino a todas las otras niñas del colegio, emprende una especie de
venganza sádica, mezquina y perversa, gracias a la posesión de un libro ansiado
por la protagonista. Esta, a su vez, soporta la humillación y gracias a la
constancia y la mediación de la madre de la antagonista, termina venciendo y
tomando posesión del ansiado libro.
La estructura del cuento se
inscribe dentro de lo que se podría denominar una forma clásica, a saber,
comienzo, nudo y desenlace. En un primer momento, la narración se centra en la
presentación de los dos personajes principales del cuento, en primer lugar la
niña antagonista y luego la protagonista y narradora del relato. También en
este primer momento, se adelanta lo que va a ser el centro de interés del
segundo momento; el préstamo de libros y el sadismo que se va a ejercer a
partir del deseo de la niña de disfrutar de un libro en particular. El segundo
momento, el más extenso, se centra en lo que ella llama la “tortura china”,
consistente en la búsqueda reiterada del ofrecido préstamo de la obra Las travesuras de Naricita, de
Monteiro Lobato. La irrupción de la mamá de la dueña del libro en el relato y
su actitud frente a la situación que se estaba viviendo, dará lugar al tercer
momento y al desenlace de la acción. El momento final, se centrará en las experiencias
vividas por parte de la protagonista, a partir de la posesión de la tan ansiada
obra.
Una mirada al argumento y
algunos comentarios
Es un cuento en el que se percibe
un fuerte componente autobiográfico. Si bien es cierto que la ficción literaria
goza de todas las libertades que los autores quieran darle, no hay duda que esa
niña mona, delgada y alta es la propia Clarice Lispector cuando vivió en la
ciudad de Recife. Este es un relato que muestra la infancia como una etapa de
exploración y descubrimiento, de preparación para la vida. Refiere, por un lado,
a la esperanza de la protagonista por obtener el libro, y por otro lado, a la
envidia de la niña antagonista, quien humilla y mortifica a su compañera por el
simple hecho de considerarla más bella. El comportamiento envidioso y perverso
de la antagonista, hace que emprenda una especie de venganza contra ella, como
representante de esas niñas estilizadas y bonitas tan diferentes a ella misma:
“Ella era gorda, baja, pecosa y
de pelo excesivamente crespo, medio amarillento. Tenía un busto enorme,
mientras que todas nosotras todavía éramos chatas (…) Pero qué talento tenía
para la crueldad. Mientras haciendo barullo chupaba caramelos, toda ella era
pura venganza. Cómo nos debía odiar esa niña a nosotras, que éramos
imperdonablemente monas, altas, de cabello libre”.
La antagonista hija del librero,
tiene a su favor el poseer un libro deseado por la narradora, quizá la propia
Clarice, Las travesuras de
Naricita de Monteiro
Lobato, una obra clásica de la literatura infantil brasileña. Con la promesa de
prestar el libro, ejercerá toda su maldad, mezquindad y sadismo con la única
finalidad de generar humillación y sufrimiento moral. Comienza por decirle que
pase por su casa que le prestará el libro, pero pasan días y días y siempre hay
una excusa diferente para que el préstamo no se concrete. La perversidad de la
hija del librero, radica en el goce que experimenta al humillar y mortificar a
la otra niña.
“El plan secreto de la hija del
dueño de la librería era sereno y diabólico (…) Y así seguimos. ¿Cuánto tiempo? Yo iba a su casa todos los días, sin faltar ni
uno”.
Vemos como la protagonista, si
bien es consciente de la tortura a la cual la están sometiendo, termina yendo
con cierto entusiasmo en busca del libro una y otra vez, aunque lo único que
recibe son respuestas negativas. El amor a la lectura la hace soportar la
humillación, pero al final las circunstancias dan un giro positivo y se ve
beneficiada. Un día, la madre de la niña antagonista, que ha visto
reiteradamente la presencia de la otra en la puerta de su casa, después de
pedir explicaciones, toma consciencia del juego perverso que estaba llevando
adelante su hija. Para castigarla, y a la vez premiar a la otra, le entrega el
libro, para que lo tenga todo el tiempo que quiera.
“el tiempo que quieras” es todo
lo que una persona, grande o pequeña, puede tener la osadía de querer.”
Esto es algo espléndido para la
víctima del chantaje, significa que no hay restricciones ni limitaciones de
ningún tipo. Sin embargo, a diferencia de lo que todos seguramente pensábamos
que la niña iba a hacer, ponerse a leer de inmediato la obra, ella decide
postergar la lectura y disfrutar simplemente de la posesión del libro como
objeto. Prefiere jugar con las emociones que le despierta un manejo dilatado de
la lectura, no tiene apuro, el libro lo tendrá todo el tiempo que quiera. El
relato finaliza sin que la protagonista haya leído la obra, la lectura se
transforma para ella en un placer secreto, en una felicidad clandestina. Por otra parte, este
cuento, que muestra la infancia como una etapa de exploración y descubrimiento,
de preparación para la vida, termina con un párrafo que muestra una especie de
superación de la niñez, un tránsito hacia la madurez sexual de la niña
protagonista:
“A veces me sentaba en la
hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un
éxtasis purísimo. No era más una niña con un libro: era una mujer con su
amante”.
Este artículo forma parte del
libro El cuento latinoamericano en
el siglo XX (Colombia, 2016)
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