¿Qué hubiera pasado si…?
Ficciones que especulan sobre los posibles
caminos que hubiera podido seguir una sociedad si un determinado hecho
histórico no se hubiera dado como en realidad se dio. Obras que parten de
acontecimientos históricos verdaderos, conocidos por los lectores, pero los
cambian, creando una realidad alternativa donde transcurre la ficción
novelesca.
Por Fernando Chelle
En números anteriores de vadenuevo
escribí sobre dos modelos literarios que se han dado fundamentalmente
dentro de la novela, que fueron muy importantes en diferentes épocas de la
literatura y que, con sus variantes, se mantienen de alguna manera vigentes
hasta nuestros días. Me refiero a la literatura utópica, abordada en el número
75 (Véase AQUÍ http://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/3276-75vadenuevo10) y a la literatura distópica, estudiada en el
número 76 (Véase AQUÍ http://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/3297-76vadenuevo09).
El tema del presente artículo
es la literatura ucrónica, obras que al igual que los modelos estudiados parten
y toman como referencia una realidad concreta para la ficcionalización de otros
mundos posibles, aunque los objetivos que buscan estos tres tipos de ficciones
sean bien distintos.
En el caso de la literatura
utópica, veíamos como se trata de ficciones que describen el funcionamiento de
un estado ideal, no localizado en un lugar específico, perfectamente pensado,
tanto desde el punto de vista político, social, científico y en ocasiones
religioso, donde los habitantes cuentan con una predisposición natural a aceptar las leyes y normas de
convivencia. Decíamos que estos estados ideales de ficción, se presentan como
alternativos a los del mundo real y que los proyectos que se describen allí
guardan relación con los que se encuentran en el mundo existente, son una herramienta
utilizada por los autores para proyectar sus concepciones acerca de una
sociedad ideal. Mediante la comparación, que se hace implícita al lector, entre
lo existente y lo ficcional, está comprendida la crítica a lo establecido en el
mundo real, son manifestaciones tendientes a mostrar la posible realización
humana, a plasmar lo deseado, a trascender dentro de la ficción hacia mundos
más justos y esperanzadores.
En el caso de las distopías,
dijimos que son obras que se han considerado hijas bastardas de las clásicas
utopías, o una especie particular de utopía de carácter negativo que surgió en
las primeras décadas del siglo XX. Veíamos también, como en estas obras el
futuro aparece muy distinto a como lo habían soñado los utopistas clásicos. Las
distopías comienzan siendo una respuesta a un determinado momento histórico muy
especial que vivía la humanidad; la finalización de la primera guerra mundial,
los regímenes totalitarios y el peligro nuclear entre otros. Las obras distópicas
funcionan como una alerta a la sociedad sobre los totalitarismos, la pérdida de
libertad, la masificación, la manipulación psicológica, la desindividualización
y muestran sociedades futuras alienantes, absurdas, carentes de libertad.
La literatura ucrónica, a
diferencia de la utópica, no va a venir a plantear un modelo de sociedad ideal,
ni tampoco, como lo hace la literatura distópica, va a proyectar una
construcción social alienante, sino que va a especular sobre los posibles
caminos que hubiera podido seguir una sociedad si un determinado hecho
histórico no se hubiera dado como en realidad se dio, el resultado puede llegar
a ser similar al de una utopía, al de una distopía o ser totalmente distinto al
de estos dos modelos de sociedades ficticias. Las obras ucrónicas siempre
parten de acontecimientos históricos verdaderos, conocidos por los lectores,
pero los cambian, los desvían y conjeturan, especulan, sobre cómo sería la vida
cotidiana en determinadas sociedades si cierto acontecimiento hubiera sido diferente,
para esto crean una realidad alternativa donde transcurre la ficción. Los
acontecimientos narrados no sucedieron en la realidad pero perfectamente
podrían haber sucedido, de manera que la reconstrucción alternativa de la
sociedad ucrónica es coherente y siempre está basada en la lógica de lo que
podría haber pasado. Son narraciones que de alguna manera están emparentadas con
la novela histórica pero donde a partir de determinado punto los hechos
referidos se desarrollan de forma diferente a como los conocemos. Son obras que
parten de un postulado hipotético, por ejemplo ¿qué hubiera pasado si?... los
dinosaurios no hubieran desaparecido, el cristianismo no hubiera triunfado
dentro del Imperio romano, los pueblos originarios nunca hubieran sido conquistados,
si John F. Kennedy no hubiera recibido ese disparo el 22 de noviembre de 1963,
si Fidel Castro no hubiera triunfado en Cuba, si los Aliados hubieran sido
derrotados por las llamadas potencias del eje en la segunda guerra mundial, en
fin, los ejemplos se podrían multiplicar
innumerablemente. Estas obras suelen tomar un punto específico, un evento
histórico particular y lo cambian, lo modifican, dando lugar al pasaje de una
realidad histórica a una realidad ucrónica, ese punto que podría ser el hecho
de que Kennedy no hubiera recibido el disparo, por tomar uno de los ejemplos
señalados, se conoce como punto Jonbar, término creado por Geoffrey Hawthorne
en su libro de 1991 Plausible Worlds:
Posibility and Understanding in History and the Social Sciences, y que hace
alusión al personaje John Barr, del autor de ciencia ficción Jack Williamson, quien
en un relato de 1930 tenía que decidir por un guijarro o por un imán y de esa
elección dependería el mundo al que se iba a acceder.
El primero en utilizar la
palabra “ucronía” fue el filósofo positivista francés Charles Bernard
Renouvier, quien la utilizó en su obra de 1876 Uchronie, l’utopie dans l’histoire (Ucronía: La utopía en la
Historia). Allí se imagina un desarrollo alternativo de la sociedad occidental,
donde el cristianismo no triunfa en el
Imperio romano, y la cultura clásica sobrevive otros 1000 años. Vemos como
Renouvier hace referencia en el título de su obra también a la obra de 1516
Utopía de Tomás Moro y da a entender que una “Ucronía” es una “Utopía” en el
tiempo. “Utopía” compuesta del griego “οu” (no) y “topos” (lugar), sería 'lo que no está en ningún
lugar', mientras que “ucronía” está compuesta por el griego “ou” (no) y
“cronos” (tiempo), significaría “lo que no está en ningún tiempo”.
Con la literatura ucrónica
pasa algo similar con lo que sucedió con la literatura utópica. Recordemos que
el nombre genérico de “literatura utópica”, comenzó a utilizarse a partir de la
obra de Tomás Moro, cuando en realidad en la historia de la literatura ya
existían obras con las características de las del autor inglés. Con las
ucronías sucede algo similar, porque si bien el término fue acuñado, como ya
vimos, por Charles Bernard Renouvier en 1876, ya existían obras con la
característica de alterar los acontecimientos históricos y ficcionalizarlos. Se
considera, que el capítulo IX de la Historia
de Roma desde su fundación, escrita por el historiador Tito Libio en el
siglo I a. C es el primer texto que presenta características ucrónicas, allí el
historiador romano especula como hubiera sido el desarrollo de la historia
conocida si Alejandro Magno hubiera iniciado sus conquistas hacia Roma, e
imagina una guerra hipotética entre el imperio de Alejandro Magno y Roma en el
siglo IV a. C. Otra obra de características ucrónicas que precede a la de
Charles Bernard Renouvier es Historia de
la Monarquía Universal: Napoleón y la conquista del mundo, escrita en 1836
por el francés Louis-Napoleón Geoffroy-Château, donde vemos a un Napoleón que
llega a ser emperador del planeta, comienza por
conquistar Rusia en 1812, y luego va conquistando en sucesivas campañas
el resto del mundo.
Por lo general son obras que
transcurren en un presente alternativo, aunque la narración se sitúe en un
momento histórico del pasado. Allí los autores ucrónicos especulan sobre como
hubiera sido la historia si los acontecimientos tomaban otros rumbos, critican en
muchos casos, de forma implícita, como se dieron las cosas realmente y le dejan
al lector un mundo de ficción para que inevitablemente establezca una
comparación entre lo imaginado por el autor y la historia real que él ya
conoce.
Es importante no confundir
las ucronías literarias con la teoría de los universos paralelos, ni tampoco con
ciertos estudios históricos conocidos como historia contrafactual. La teoría de los universos paralelos, basada
tanto en la matemática como en la física cuántica, implica la existencia de dos
o varios universos que coexisten en un mismo tiempo de forma independiente y
que se interconexionan, de forma que existe la posibilidad de pasar de uno a
otro de forma transversal, mientras que las ucronías, transcurren en una única línea
temporal, ficticia, y en un único universo. Por otra parte, los estudios
académicos llamados historia contrafactual, si bien están muy próximos a las
ucronías porque especulan sobre mundos alternativos, siempre parten de un
estudio riguroso de la realidad histórica buscando comprender en primer lugar
como no sucedieron las cosas para luego poder entender por qué los hechos se
dieron de determinada manera, mientras que los autores de ucronías literarias
no necesariamente tienen que ser tan rigurosos o específicos con los detalles
históricos y tienen mucha más libertad para elegir el punto Jonbar que deseen
para desarrollar su historia alternativa.
Como dije cuando me refería
a las características de las ucronías los ejemplos sobre los que podrían
trabajar los autores son múltiples y de hecho así lo han sido. Para terminar el
artículo me referiré brevemente a dos obras paradigmáticas de la literatura
ucrónica, en primer lugar haré referencia a una obra de 1962 El hombre en el castillo del autor norteamericano
Philip K. Dick, quizá la más conocida de las ucronías y en segundo lugar a Watchmen la novela ilustrada de Alan
Moore y Dave Gibbons de 1985.
El
hombre en el castillo
Uno de los temas más
recurrentes en distintas ucronías, quizá por mostrar la materialización de una
temida pesadilla, es la especulación sobre que hubiera sucedido si en la
Segunda Guerra Mundial Hitler hubiera resultado victorioso. Este tema es
abordado por el autor norteamericano Philip K. Dick, en su obra de 1962 El hombre en el castillo, allí el autor
especula sobre la posibilidad de la derrota de los aliados en la guerra y la
conquista y división del territorio norteamericano por parte de los japoneses y
los alemanes quienes han absorbido a la Italia fascista. La acción de la novela
transcurre en 1962, el mismo año de su publicación, pero muestra un Estados
Unidos muy distinto al real, los alemanes y japoneses han dividido el
territorio en tres partes, los alemanes se ubican en la costa este mientras que
los japoneses lo hacen en la oeste quedando en la mitad del territorio una
franja de estados autónomos pero que a su vez están divididos en dos áreas de
influencia, una japonesa y otra alemana. En esta ucronía los nazis continúan
con su política de exterminio masivo pero se centran ahora en África e impulsan
su expansión por el espacio, en tanto los japoneses tratan por todos los medios
de adaptar a los norteamericanos a su cultura. Como se dijo anteriormente, en
las ucronías los autores no solo buscan especular sobre como hubiera sido la
historia si los acontecimientos tomaban otros rumbos, sino que también de forma
implícita critican como se dieron las cosas en la realidad, en este caso Philip
K. Dick, con la repartición que crea de Estados Unidos por parte de sus
conquistadores alude de alguna manera a la repartición que hicieron de Alemania
los aliados. Estas comparaciones las podrá hacer fácilmente el lector
estableciendo paralelismos entre lo ficcionalizado y lo real, fijándose si
realmente las cosas hubieran cambiado demasiado de seguir otros rumbos. Otro
tema presente en la obra es la muestra de una sociedad donde continúa el
racismo, que el lector también podrá comparar si se aleja demasiado de lo que
ocurría por esos años en la realidad norteamericana.
Un hecho curioso dentro de
este universo de ficción es la presencia de una novela que circula de forma
clandestina en la sociedad, titulada “La langosta se ha posado” de un tal
Hawthorne Abdensen a quien
sorprendentemente se le había ocurrido la “loca idea” de contar una historia
alternativa a la que se vivía en esa sociedad, muy similar a la historia real,
donde los vencedores de la guerra habían sido los aliados. Con esto Philip K.
Dick crea una especie de juego de espejos, donde los personajes lectores de su
ficción al enfrentarse a la realidad alternativa de “La langosta se ha posado”
experimentan lo que nosotros sentimos al leer la realidad alternativa que se
muestra en El hombre en el castillo.
Watchmen
Otra obra que transcurre
dentro de una realidad ucrónica es
Watchmen, la novela ilustrada de Alan Moore y Dave Gibbons. La acción
transcurre en 1985 en Estados Unidos, donde sigue gobernando el presidente
Richard Nixon luego de haber salido victorioso de la guerra de Vietnam gracias
a los poderes del Doctor Manhattan. Este personaje, llamado Jon Osterman antes
de convertirse en superhéroe, fue utilizado por el gobierno norteamericano como
un arma de guerra. Luego de un accidente que sufrió el reconocido físico
nuclear Osterman en el año 1959 cuando quedó atrapado en la sala del Campo
Subtractor Intrínseco, logró obtener poderes sobre la materia. El gobierno
norteamericano inventó la fachada de un funeral y puso a su servicio los
poderes de este superhéroe a quien lo veían como un dios y un arma mortal, lo
llamaron el Doctor Manhattan para atemorizar a los enemigos de Estados Unidos.
En un momento de la novela el Doctor Manhattan
recuerda como en enero de 1971 el presidente Richard Nixon lo utilizó en
la guerra de Vitnam, donde solo le bastó una semana para acabar con el enemigo.
En 1985, tiempo en que transcurre la acción de la novela todos los superhéroes
habían sido ilegalizados en Estados Unidos, menos el Doctor Manhattan y El
comediante, otro superhéroe que es asesinado al comienzo de la narración. El
Doctor Manhattan es el instrumento de guerra principal que tiene Estados Unidos
para resguardarse de las amenazas enemigas y lo utilizan para frenar el avance
de la Unión Soviética ya que las dos naciones se encuentran al borde de una
guerra nuclear.
Artículo publicado en la revista digital Vadenuevo www.vadenuevo.com.uy. Marzo de 2015. Disponible aquí: http://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/3340-78vadenuevo09
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