sábado, 10 de octubre de 2015

Entrevista a Fernando Chelle. Por Joaquín Gonzalez (Revista EnSueño)






Por favor Fernando, preséntese a los lectores de EnSueño

Con mucho gusto. Mi nombre es Fernando Chelle, soy un escritor de nacionalidad uruguaya, que hace más de cuatro años vive en la ciudad de Cúcuta, Colombia. Nací en la ciudad de Mercedes (Uruguay), en el año 1976. Tengo 38 años, de los cuales casi 20 he estado vinculado al mundo de la literatura, fundamentalmente como lector, pero también como docente, tanto en Uruguay como en Colombia, y desde el 2013, que publiqué mi primer libro, también como escritor. Tengo cuatro libros publicados, el primero de ellos, es un poemario, titulado Poesía de los pájaros pintados, lo publiqué en el año 2013. La segunda obra, publicada en el 2014, es un libro sobre lenguaje, corrección de estilo y técnicas de escritura, se titula: Curso general de lectoescritura y corrección de estilo, guía para formular escritos correctos. En el 2015, he publicado dos libros, por un lado, una obra de ensayos, comentarios y crítica literaria, que se titula El cuento fantástico en el Río de la Plata, y por otro lado, mi segundo poemario, titulado Muelles de la palabra. En lo que respecta a la poesía, además de los libros Poesía de los pájaros pintados y Muelles de la palabra, he formado parte de doce antologías. Aparte de estas publicaciones, colaboro mensualmente con artículos literarios, en  periódicos, revistas y portales de diferentes lugares.

¿Qué pasó para estar en Colombia? ¿Se le quedó pequeño Uruguay?

Estoy viviendo en Colombia, desde el mes de abril de 2011. No, no es que me haya quedado pequeño mi país y me haya visto en la necesidad de migrar. Mi mudanza a Colombia respondió a razones personales, y no está vinculada con el mundo de la literatura. Aquí me casé, es donde vivo con mi esposa, donde trabajo y tengo mi vida. Lo que sí es cierto, es que mi oficio de escritor lo he podido desarrollar de forma más sistemática aquí que en Uruguay. Pero creo que esto se debe más que nada a una cuestión circunstancial, si bien es cierto que Colombia es un país más grande que el mío y por ende las posibilidades también son otras, si viviera en Uruguay por ahí estaría haciendo lo mismo, aunque eso no lo podría decir con certeza.

-¿De dónde le viene su inquietud por la escritura?

De mi inquietud por la lectura. En la edad en que uno va abandonando la niñez y va entrando a la adolescencia yo comencé a leer ávidamente. No es algo muy común en los individuos verse seducidos por la lectura en esa etapa de la vida, pero en el caso mío fue así. En mi familia no hubo escritores, pero sí lectores y artistas. Antes de convertirme en lector y por supuesto en escritor, los libros ya me inquietaban. Mi bisabuela paterna, Ester Larrea, fue una gran lectora. Siendo niño, yo la veía leer, comprar libros, intercambiarlos con  sus amigas, y me imaginaba que efectivamente algo atrapante tenía que haber en esas páginas para que formaran una parte tan importante de su vida. Ella fue la que me indujo a la lectura cuando yo ya comenzaba a abandonar el terreno de la niñez, primero con su ejemplo y luego con gran cantidad de préstamos y regalos literarios. Pero antes de convertirme en escritor, o al menos antes de pretender una finalidad estética o artística con la palabra, no solo estuvo presente en mi vida la lectura, sino que disfruté de la literatura a partir de la oralidad. Mi abuelo materno, Jorge Eusebio Pujolar, en su juventud, fue un artista popular, un murguista. La murga uruguaya es una manifestación artística completamente híbrida, muy cercana a la dramatización teatral, donde se cantan letras poéticas, fundamentalmente satíricas, y humorísticas. Esas letras de murga, que recordaba y me cantaba mi abuelo, fueron quizá el primer acercamiento que yo tuve al lenguaje con una finalidad artística. De manera que cuando me acerco a la literatura escrita, cuando comienzo a leer los libros de mi abuela, empiezo a  reconocer en los textos ese tratamiento diferencial, no cotidiano, estético, que se le daba a la palabra en las canciones que me cantaba mi abuelo. 
Como escritor, mis primeros textos relativamente serios, donde yo sabía que estaba haciendo un trabajo literario, son del año 1994. De manera que por lo menos pasé seis años de ser un lector constante de mucha  literatura, antes de incursionar en el terreno de la escritura. De ahí en más no he dejado de escribir, tampoco de leer, pero realmente tomé conciencia de mi función como escritor, hace apenas poco más de dos años cuando finalmente me decidí a publicar. Antes mi vínculo con la escritura era muy esporádico, ni siquiera pensaba en que mis textos iban a ser publicados y que la gente me iba a leer. A partir de la publicación del 2013, fue cuando comencé a escribir de forma más sistemática, cuando experimenté un cambio psicológico en lo que respecta a mi vínculo con la escritura.

Narrativa, ensayo, poesía. ¿Se puede con todo a la vez?

Sí, se puede. Yo personalmente me considero un escritor, no un poeta, un narrador o un ensayista. Un escritor, que ha escrito poesía, narraciones y ensayos. Alguien al que le gusta experimentar en los distintos terrenos de la literatura. Mi primer vínculo con la escritura fue con la poesía, pero he incursionado en algunas otras manifestaciones literarias y hay otras en las que todavía no. Los análisis, comentarios y ensayos literarios, en un principio surgieron de mi pasión como lector, los escribía casi como una necesidad imperiosa de decir algo sobre lo leído, ahora los sigo escribiendo para difundirlos en diferentes medios y después los publico en forma de libro. La génesis de, El cuento fantástico en el Río de la Plata fue precisamente así. El libro contiene cinco artículos, que en principio se difundieron en revistas y portales literarios. En lo que respecta estrictamente a ficción narrativa todavía no he publicado nada. Estoy trabajando en el proyecto de una novela, que si bien está en una etapa germinal, tengo la seguridad de que florecerá. Más cerca de concretarse, dentro del género narrativo, está la publicación de un conjunto de cuentos, que por el momento están inéditos. Hace tres años, cuando me encontraba trabajando en un colegio, aquí en Colombia, escribí una obra de teatro y mis alumnos la representaron. El tema de la obra estaba vinculado a una festividad y funcionó como un homenaje. En ningún momento tuve pretensiones de publicarla, pero creo que fue una experiencia que me sirvió pare ejercitarme en un género que en el futuro también me gustaría abordar. Para mí esto de la literatura es como un juego, que por supuesto me lo tomo muy seriamente y lo disfruto, de manera que pienso seguir jugando y creando.

¿Cuál es su mejor momento para escribir?

Cuando me encuentro tranquilo y sin interrupciones. Esto por lo general es, bien temprano en la mañana y bien tarde en la noche. Con la lectura no tengo inconvenientes, puedo fácilmente leer en lugares públicos, transitados e incluso donde haya bullicio, estoy acostumbrado. Pero escribir no, es necesario que sienta tranquilidad para poder concentrarme en el trabajo. 

¿Y el lugar?

En el patio de mi casa, en el corredor, ese es mi lugar preferido. Pero si me toca escribir en otro lugar no tengo problema, trato de no condicionarme. Lo mismo intento en lo que respecta al momento del día, si bien prefiero, como dije, la mañana y la noche, si tengo que escribir a otra hora lo hago.

¿De qué color son sus "pájaros pintados"?

Abarcan absolutamente toda la gama de colores, incluso los de las grandes pasiones y desgracias con que Miguel Hernández pintó su casa en su canción última. Pero la elección del título Poesía de los pájaros pintados, para mi primer poemario, responde a un motivo muy personal. Hace referencia a mi lugar de origen y al lugar donde fueron escritos los poemas del libro. La palabra “Uruguay” proviene de la lengua guaraní y según algunos intérpretes, etimológicamente significaría “río de los pájaros”, o “río de los pájaros pintados”. Otros apuntan a que su significado es “río de los caracoles”. Independientemente de estas posibles interpretaciones, en Uruguay, es más extendida la versión “río de los pájaros pintados”. Quizá la influencia de artistas como el poeta Juan Zorrilla de San Martín, o como el cantautor Anibal Sampayo, tengan mucho que ver en eso, porque se refirieron en sus obras al Uruguay como, “río de los pájaros pintados”. Bien, considerando que los poemas de mi libro, fueron escritos antes de que yo me radicara en Colombia, fueron escritos en el Río de los pájaros pintados, me pareció interesante cambiar la palabra río por poesía. Y así fue que terminé por titular al poemario, poesía de los pájaros pintados.

¿Qué es escribir bien?

No sé si esa pregunta tenga una respuesta definitiva. Lo que sí es seguro, es que es un tipo de pregunta que admite una diversidad de respuestas, según a quien se la formulen. En lo personal, creo que hay que hacer una primera diferenciación que tiene que ver con la intención o finalidad de lo escrito. Pasaré por alto, aquellos aspectos elementales del lenguaje escrito que se sobreentiende que se tienen que dominar, como por ejemplo, el orden al estructurar una frase, la claridad de las palabras que se utilizan, la coherencia (sintáctica, semántica, cultural), la ortografía, la correcta puntuación, entre otros aspectos de manejo básico. Creo que hay que diferenciar en primer lugar, los escritos que tienen una finalidad práctica o comunicativa, de aquellos que tienen una finalidad artística. Dentro de los primeros, podemos encontrar, entre otros: textos periodísticos, publicitarios, jurídicos. También entrarían en esta categoría los textos de carácter académico, como por ejemplo: el resumen, el informe, la reseña, etcétera. Bien, escribir bien, dentro de este tipo de textos, además de manejar los elementos básicos de la redacción como ya dije, es respetar los lineamientos estructurales y temáticos que son propios de cada uno de estos estilos. Por ejemplo, supongamos que tengo que escribir dentro de los estilos que son propios del periodismo un artículo informativo, pues bien, el texto se tendrá que caracterizar por ser objetivo, claro y conciso. Dentro de los textos académicos, supongamos que el escrito es una reseña, pues bien, tendrá que informar sobre las características y contenido de determinada obra. Tendrá que contar, además del título, con una introducción, un resumen de lo que se va a exponer, un comentario analítico y una conclusión. En cambio, en los textos que tienen una finalidad artística, lo principal es el uso que se le da al lenguaje, reparando fundamentalmente en su parte estética. Por supuesto que un texto con una finalidad artística también deberá regirse por ciertos lineamientos básicos, una descripción no es lo mismo que un monólogo interior, ni un diálogo es lo mismo que una narración, pero es en esta clase de textos donde el escritor tiene la libertad de crear a su manera sin tanta rigidez. Y para mí, escribir bien, en esta clase de textos, es poder crear un objeto artístico, estético, con el lenguaje. No hay temas grandes o pequeños en la literatura, se puede escribir una gran obra de un tema insignificante como se puede escribir algo muy malo del tema más sublime. La diferencia estará marcada por el uso estético que le otorgue el escritor al lenguaje, de eso dependerá que la obra sea buena, mala, o regular.

¿Para qué sirve la poesía?

Si vinculamos el verbo servir, a lo meramente utilitario o práctico, seguramente tendría que responder que la poesía no sirve para nada. Pero en la vida no solo “sirve”, lo que tiene una finalidad práctica dentro de concepciones materialistas. Están aquellos aspectos que se vinculan con lo que verdaderamente mueve a los seres humanos: la expresión de las emociones, los sentimientos,  el conocimiento o el deslumbramiento ante la belleza, el horror, lo maravilloso, en fin, una cantidad de aspectos con que la poesía trabaja, y que son el material fundamental de su contenido. Claro que esta expresión de aspectos, vinculados a la intimidad del hombre, no son solo propiedad de la poesía, se ven también en otras manifestaciones artísticas. Pero la poesía, creo yo, penetra en territorios de la intimidad del individuo como ninguna otra manifestación artística.  Desde esta perspectiva, la poesía, abre puertas al conocimiento e intensifica la conciencia, transitando por caminos artísticos, alternos a los de la racionalidad o la lógica. Creo que la poesía en ocasiones tiene aspectos casi mágicos, y expresa cosas que el poeta ni siquiera intuía. La poesía, si bien comparte con otras manifestaciones literarias el estar hecha de palabras, suele trascender las meras palabras. Esto ya es algo que se tiene que sentir, que no es fácil de explicar y que por supuesto hay gente que no lo siente. Esto último me lleva a decir que la poesía, no es un lenguaje que le “sirva”, para usar el verbo de la pregunta, a todas las personas, pero para algunas, entre las que me incluyo, suele ser como un bálsamo que nos ayuda a vivir y a tratar de ser mejores.

¿De qué continente son sus escritores preferidos?

Hay muy buenos escritores en todos los continentes, que he leído y he disfrutado mucho. Pero si tengo que responder concretamente a la pregunta, llegando incluso a ser injusto con algunos, debo responder que mis escritores preferidos son americanos y europeos.  

¿Cuál es su canon literario?

Creo que está fundamentalmente vinculado con la respuesta que di en la pregunta anterior. Me tocó nacer y vivir en un lugar del mundo donde la cultura occidental es la que prevalece y los individuos estamos condicionados por el entorno. Independientemente de concepciones religiosas o de creencias, que no vienen al caso, es indudable que un latinoamericano, va a tener más conocimiento de la Biblia que del Ramayana por ejemplo. En ese mismo sentido, la literatura que  más me ha influenciado, que más he consumido y que quizá por condicionamiento cultural, más disfruto, es la literatura occidental. Me gusta mucho la literatura griega, sobre todo la mitológica, y por supuesto muchos autores europeos y americanos de distintas épocas. Si tuviera que hacer una lista, un canon personal, tendría que seleccionar los ejemplos para que la nómina no sea tan extensa, aunque terminara siendo injusto con muchos escritores, pero toda selección de alguna manera implica cierto grado de injusticia. Voy a nombrar solo tres  autores de cada género para que se tenga una idea: poetas, Charles Baudelaire, Cesar Vallejo y Jorge Luis Borges; novelistas, Fiódor Dostoyevski, Mario Vargas Llosa y Patrick Süskind; cuentistas, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar y Felisberto Hernández; dramaturgos, William Shakespeare, Bertolt Brecht y Tennessee Williams.

Tiene pensado publicar algo en el futuro próximo...

Sí, tengo ya finalizada, otra obra de crítica literaria, que se estará publicando a comienzos del próximo año, se titula “Las otras realidades de la ficción”. Allí analizo y comento algunas obras representativas de la literatura utópica, distópica y ucrónica. Y como proyectos no tan próximos, debo sumar a los dos que referí en la entrevista, la novela y el libro de cuentos, otro libro de poesía sobre los clásicos de la literatura que ya está bastante avanzado.

Muchas gracias por su tiempo Fernando, desde EnSueño le deseamos lo mejor en su carrera literaria.

Les agradezco a ustedes el hecho de que me hayan tenido en cuenta para esta entrevista y los felicito por este segundo número de EnSueño. Saludos a todos.

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