martes, 10 de junio de 2025

Croniquilla del académico Orlando Clavijo Torrado sobre "Algo así como un misterio"

COLUMNISTA, OPINIÓN

Croniquilla – Estudio sobre García Lorca




Por Orlando Clavijo Torrado

 

En 1936, en medio de la hecatombe producida por la nueva república y su reconquista y pacificación por el generalísimo Francisco Franco, en el trascurso de tres meses murieron fusilados dos titanes de la intelectualidad española, a saber, Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca y José Antonio Primo de Rivera, antagónicos en ideas políticas, pero en lo personal muy amigos, al punto que se iban a cenar juntos a las escondidas. Se rumoraba que llevaban algún romance.

José Antonio murió a los 33 años; Federico, a los 38. Federico falleció primero, el 19 de agosto; José Antonio, el 20 de noviembre. Se ha mencionado que hubo algún escorzo de negociación entre los dos bandos, republicanos y cruzadistas, para liberarlos, como no se ha confirmado que, ante la negativa de los rojos de libertar a José Antonio, los nacionalistas se apresuraron en un mismo día a ultimar a Federico.

Hoy todo ha sido investigado y salido a la luz pública. Aunque se erigió el mito de García Lorca como mártir sacrificado por los nacionalistas, mito alimentado por su misma parentela y de su provecho, se ha destapado que había una feroz guerra económica entre los dos clanes, el de Federico y el de los Alba, ambas familias ricas e influyentes y cognados. Y justo la creación de la comedia “La casa de Bernarda Alba” disgustó a los Alba. Claramente, su misma familia lo delató y entregó.

En realidad, nos interesa la sustancia de la afamada obra literaria a la que el aún joven escritor uruguayo Fernando Chelle (49 años) le ha dedicado un libro que tituló “Algo así como un misterio”, con subtítulo de “Estudio crítico y analítico de la poesía de Federico García Lorca”.

Encuentro el título muy acertado. Porque el inteligente y docto profesor Chelle aborda la tarea de descifrar un misterio como son los recursos estéticos conocidos como metáforas empleados por García, particularmente en sus poemas surrealistas.

Hay que poseer mucha sensibilidad e intuición para entender a García Lorca. Pero Chelle acierta en mucha proporción, sin dejar de reconocer que a veces es incomprensible. Porque eso de meterse en el alma de un artista, en este caso de un poeta, y arrancarle significados o mensajes, es cosa complicada.

Los parientes y los amigos son los más filosos críticos de los escritos de uno. Pues a García Lorca le ocurrió con sus íntimos amigos Luis Buñuel y Salvador Dalí. Con Dalí se dieron picos, pero finalmente el pintor loco genial se ajuició y se casó con…, con ¡una mujer! Por cierto, rusa. Los tales amigos no le tuvieron compasión y calificaron los versos de “una mierda”. Se equivocaron. En concepto de Fernando Chelle son producto “del poeta español más conocido y leído de todos los tiempos”.

Cuando Chelle comienza a desencriptar, tarea harto difícil en los poemas de “Poeta en Nueva York”, aflora un torrente de metáforas. Vean las que yo capté: la prosopopeya, la anáfora, la perífrasis, la sinonimia, el hipérbaton, la antítesis, la antítesis cinestésica, la personificación, el diálogo, la repetición, el eufemismo, la analogía, la hipérbole, la empatía, la hipálage, la redundancia, la reiteración y la metonimia.

En definitiva, estimo que es un magnífico ejercicio de análisis de la poesía de García Lorca este que emprende Fernando Chelle, y no dudo en recomendarlo para todos los amantes de la poesía. Mis cordiales felicitaciones al maestro, amigo y compañero de la Academia de Historia de Norte de Santander. 





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