COLUMNISTA, OPINIÓN
Croniquilla – Estudio
sobre García Lorca
Por
Orlando Clavijo Torrado
En 1936, en medio de la
hecatombe producida por la nueva república y su reconquista y pacificación por
el generalísimo Francisco Franco, en el trascurso de tres meses murieron
fusilados dos titanes de la intelectualidad española, a saber, Federico del
Sagrado Corazón de Jesús García Lorca y José Antonio Primo de Rivera,
antagónicos en ideas políticas, pero en lo personal muy amigos, al punto que se
iban a cenar juntos a las escondidas. Se rumoraba que llevaban algún romance.
José Antonio murió a los
33 años; Federico, a los 38. Federico falleció primero, el 19 de agosto; José
Antonio, el 20 de noviembre. Se ha mencionado que hubo algún escorzo de
negociación entre los dos bandos, republicanos y cruzadistas, para liberarlos,
como no se ha confirmado que, ante la negativa de los rojos de libertar a José
Antonio, los nacionalistas se apresuraron en un mismo día a ultimar a Federico.
Hoy todo ha sido
investigado y salido a la luz pública. Aunque se erigió el mito de García Lorca
como mártir sacrificado por los nacionalistas, mito alimentado por su misma
parentela y de su provecho, se ha destapado que había una feroz guerra
económica entre los dos clanes, el de Federico y el de los Alba, ambas familias
ricas e influyentes y cognados. Y justo la creación de la comedia “La casa de
Bernarda Alba” disgustó a los Alba. Claramente, su misma familia lo delató y
entregó.
En realidad, nos interesa
la sustancia de la afamada obra literaria a la que el aún joven escritor
uruguayo Fernando Chelle (49 años) le ha dedicado un libro que tituló “Algo así
como un misterio”, con subtítulo de “Estudio crítico y analítico de la poesía
de Federico García Lorca”.
Encuentro el título muy
acertado. Porque el inteligente y docto profesor Chelle aborda la tarea de
descifrar un misterio como son los recursos estéticos conocidos como metáforas
empleados por García, particularmente en sus poemas surrealistas.
Hay que poseer mucha
sensibilidad e intuición para entender a García Lorca. Pero Chelle acierta en
mucha proporción, sin dejar de reconocer que a veces es incomprensible. Porque
eso de meterse en el alma de un artista, en este caso de un poeta, y arrancarle
significados o mensajes, es cosa complicada.
Los parientes y los
amigos son los más filosos críticos de los escritos de uno. Pues a García Lorca
le ocurrió con sus íntimos amigos Luis Buñuel y Salvador Dalí. Con Dalí se
dieron picos, pero finalmente el pintor loco genial se ajuició y se casó con…, con
¡una mujer! Por cierto, rusa. Los tales amigos no le tuvieron compasión y
calificaron los versos de “una mierda”. Se equivocaron. En concepto de Fernando
Chelle son producto “del poeta español más conocido y leído de todos los
tiempos”.
Cuando Chelle comienza a
desencriptar, tarea harto difícil en los poemas de “Poeta en Nueva York”,
aflora un torrente de metáforas. Vean las que yo capté: la prosopopeya, la
anáfora, la perífrasis, la sinonimia, el hipérbaton, la antítesis, la antítesis
cinestésica, la personificación, el diálogo, la repetición, el eufemismo, la
analogía, la hipérbole, la empatía, la hipálage, la redundancia, la reiteración
y la metonimia.
En definitiva, estimo que
es un magnífico ejercicio de análisis de la poesía de García Lorca este que
emprende Fernando Chelle, y no dudo en recomendarlo para todos los amantes de
la poesía. Mis cordiales felicitaciones al maestro, amigo y compañero de la
Academia de Historia de Norte de Santander.
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