En la segunda mitad del siglo XVIII, cuando las ideas de la
ilustración y la estética neoclásica comenzaban a perder fuerza frente al
advenimiento de ideas revolucionarias y concepciones estéticas que priorizaban
los sentimientos y la individualidad, se publicó en Alemania, Las cuitas del
Joven Werther, una novela epistolar que asentó los pilares sobre los que
descansó el sueño del romanticismo.
Fernando Chelle
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