3ª unidad
Clases de palabras
El
sustantivo
El sustantivo es un tipo de palabra
empleada para nombrar algo o a alguien, de ahí que también se le denomine nombre;
se caracteriza por admitir morfemas de género y número.
Clasificación
Tabla
2. Clasificación de los sustantivos.
Nombres comunes y
nombres propios
Los nombres
comunes designan clases; así, la palabra anciano/a denota una clase de
individuos caracterizados por poseer rasgos comunes (humanos, de edad
avanzada...). Los nombres propios designan individuos y por lo tanto, carecen
de significado léxico. Por ejemplo, no podemos definir el significado del
nombre propio Carlos, ya que con este solo puede indicarse a qué individuo
designamos con esta denominación (por ejemplo, a un hombre en concreto).
El hecho de que
varios individuos compartan el mismo nombre propio (como sucede con los
humanos) no los convierte en una clase.
El nombre propio
constituye por sí mismo un grupo nominal que puede desempeñar cualquier función
de este tipo de elementos en calidad de sujeto, complemento directo, etc.
El nombre común es el
núcleo del grupo nominal y para que este último pueda ser sujeto, complemento
directo, etc. requiere que el nombre común sea modificado por complementos.
El niño que vimos
hoy es el hijo de mi amiga.
El nombre propio,
normalmente, no admite complementos ni determinantes.
Cuando va modificado
por ellos, se comporta como un nombre común, como sucede en los siguientes
casos:
Cuando queremos
distinguir un individuo entre otros que poseen el mismo nombre propio:
El Francisco del que
yo te hablo no es amigo tuyo.
Cuando queremos
distinguir etapas o facetas de un mismo individuo:
El Paris de La
Ilustración.
Cuando convertimos el
nombre propio que designa a un autor en un nombre común que sirve para
referirse a sus obras:
Tiene dos picassos.
El nombre propio se
escribe con mayúscula inicial ya que esta permite muchas veces identificar
entre los nombres propios y comunes cuando coinciden formalmente:
Le regalé una rosa /
Esta es mi amiga Rosa.
De igual forma,
existen varias clases de nombres propios como se identifican a continuación:
Tabla 3. Clasificación
de nombres propios.
Nombres contables y
nombres no contables
Los nombres
contables, también llamados discontinuos o discretos (cartera, cuadro, etc.),
designan unidades indivisibles que se pueden contar sin dejar de ser lo que
son. Por ejemplo, una parte de una mesa (una pata) no es una mesa.
Los nombres no
contables, también llamados continuos o de materia (agua, arena, etc.),
designan entidades que aunque se dividan conservan su naturaleza: una parte del
agua sigue siendo agua. Estas unidades se pueden medir, pero no pueden
numerarse.
Los nombres no
contables sin determinante en singular pueden desempeñar las funciones de
complemento directo, predicado nominal y complemento del verbo haber.
Quiero agua.
Los nombres
contables, en singular deben precederse de un determinante para desempeñar
estas mismas funciones:
Necesito un libro.
Los nombres contables
cuantificados designan un número, preciso o no, de elementos: tres árboles;
muchos niños. Los nombres no contables cuantificados designan el tamaño o la
cantidad de una proporción de lo denotado por el sustantivo:
Poca tierra; mucha
agua.
Los nombres no
contables no admiten cuantificadores numerales mientras que los contables sí
los admiten:
Tres libros; dos
mesas.
Con cuantificadores
como mucho, poco, bastante, demasiado, tanto, cuánto, más y menos, los nombres
contables deben combinarse en plural:
Muchas sillas; pocas
mesas.
Mientras que los no
contables, deben escribirse en singular:
Mucha agua; poco
aire.
Los cuantificadores
cada, cualquier y todo (en singular sin artículo) solo se combinan con nombres
contables:
Cada casa, cualquier
persona.
Los nombres no
contables, en singular y sin artículo, pueden aparecer en escrituras partitivas
encabezadas por nombres de medida o de parte:
Un litro de vino;
una rebanada de pan.
De igual manera con
los indefinidos algo o poco
Algo de harina; un
poco de agua.
Muchos sustantivos
pueden ser contables o no contables, con diferencia de significado: a veces, el
nombre contable designa clases o tipos de la materia denotada por el nombre no
contable:
Me gusta el vino (no
contable) / Me gustan los vinos de Mendoza
(contable).
Otras veces, el
nombre contable designa objetos o medidas específicas de la materia denotada
por el nombre no contable. Esto sucede muy a menudo con sustantivos que
designan comidas y bebidas:
Tomaron café (no
contable) / Ya le he pedido al mesero dos cafés
(contable).
Los nombres contables
se comportan como no contables cuando aparecen en construcciones típicas de
estos últimos:
Había sillones para
todos (contable) / Aquí hay sillón para todos (no contable).
Nombres concretos y
nombres abstractos
Los nombres concretos
designan realidades materiales, como objetos o seres que pueden ser percibidos
por los sentidos: perro, casa, árbol, etc., mientras que los nombres abstractos
designan realidades inmateriales, que solo pueden ser percibidas por el
intelecto como admiración, temor, etc.
La distinción entre
estas dos clases de nombres tiene que ver con su significado y no se
corresponde con unas propiedades gramaticales específicas que opongan unos
sustantivos con otros.
Por ejemplo, entre
los nombres abstractos, - al igual que entre los concretos
- unos son contables,
como problema o virtud (varios problemas; sus muchas virtudes), y
otros no contables, como paciencia o entusiasmo (mucha paciencia;
poco entusiasmo).
Nombres individuales
y nombres colectivos
Los nombres
individuales designan, en singular, una sola unidad: árbol, pariente; los
nombres colectivos en singular designan conjuntos homogéneos de entidades:
arboleda, familia.
Los nombres
colectivos se pueden dividir en dos clases:
- Nombres
colectivos determinados: designan conjuntos de entidades con naturaleza
conocida:
Cardumen (formado
por peces), alameda (formada por álamos), etc.
- Nombres
colectivos indeterminados: designan conjuntos, sin especificar su
naturaleza. Pueden hacer referencia al número, como millar, docena, par, o
simplemente designar agrupaciones de alguna clase: grupo, serie, etc.
Cuando un nombre
colectivo determinado en singular es núcleo de un grupo nominal con función de
sujeto, debe concordar con el verbo en singular:
Toda la familia
estaba de acuerdo (y no: estaban de acuerdo).
Cuando el sujeto de
una oración está formado por un nombre colectivo indeterminado en singular con
un complemento en plural (un grupo de excursionistas, el verbo puede concordar
en singular o en plural:
Un grupo de
excursionistas se adelantó a los demás /
Un grupo de
excursionistas se adelantaron a los demás.
Cuando el predicado
contiene un adjetivo que debe concordar con el sujeto, y el género o el número
del nombre colectivo indeterminado no coincide con el del complemento, el verbo
y el adjetivo concuerdan con este último:
La mayoría de los
soldados eran españoles (y no: era española).
Las principales
diferencias entre nombres individuales y colectivos son las siguientes:
Los nombres
colectivos en singular pueden ser término de la preposición entre:
Entre el público;
entre el personal del teatro.
Los nombres
individuales solo pueden ser término de esta preposición si están en plural:
Entre las plantas;
entre los miembros del personal.
También pueden estar
coordinados:
Entre Julia y
Cristina; entre el álamo y el pino.
Los nombres
colectivos en singular pueden ser sujeto o complemento de verbos como reunir,
juntar, combinar, agrupar, etc.:
La familia se reunió
ayer; El pastor juntó al rebaño
Los nombres
individuales, para ser sujeto o complemento de estos mismos verbos, deben ir en
plural o estar coordinados:
Los parientes se
reunieron; El perro y las ovejas se juntaron al ver al lobo.
Solo los nombres
colectivos pueden ser modificados por el adjetivo numeroso en singular:
Una numerosa familia; un
numeroso grupo de estudiantes.
Fernando Chelle
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