Las cabezas del monstruo
Hace
unos meses, cuando tuve el gusto de prologar un libro de poesía de un gran
amigo, me referí muy brevemente a la honrosa tarea de escribir las palabras
preliminares de una obra. El hecho de que un autor deposite la confianza en tu
persona, para que escribas las primeras líneas con las que los lectores se van
a enfrentar, es una tarea muy honrosa. Pero debes tener en claro que la persona
que te está leyendo, no ha llegado hasta el libro para leerte a ti, sino para
leer la obra que sucederá a tus palabras. Tener consciencia de esto es muy
importante, porque te obliga, como escritor invitado, como maestro de una
ceremonia letrada, a callar inmediatamente hayas dicho lo que tienes que decir.
Y eso es precisamente lo que haré en este escrito, una vez haya dicho algo
sobre la obra que usted tiene en sus manos.
Raudales idos, la
primera publicación de la escritora tolimense, Gloria Ariza, es un extenso
recorrido por más de treinta relatos breves, donde quedan al descubierto todas
las miserias de la violencia y los vejámenes de un conflicto armado que ha
desangrado a Colombia por más de cincuenta años. Con un estilo claro y preciso,
la escritora va exponiendo, relato a relato, los pormenores de un enfrentamiento
devastador. En la gran mayoría de los textos encontramos una voz narrativa que
no busca otorgar responsabilidades sobre los hechos que cuenta, sino mostrar
los diferentes factores que han intervenido en el conflicto colombiano. Una confrontación
que
tiene muchas ramas, que es un monstruo de varias cabezas, donde encontramos,
desde los clásicos movimientos guerrilleros, hasta los grupos paramilitares, la
delincuencia común y, por supuesto, el ejército del estado. La escritora,
Gloria Ariza, lleva adelante una narración muy cuidadosa, donde por momentos no
sabemos a qué movimiento armado se está refiriendo, no hay una especificación. Esto
no es un descuido, todo lo contrario, con ello, la autora parece querer
decirnos que las tácticas de guerra, muchas de ellas inhumanas, son las mismas
en cualquiera de los bandos.
Los
reclutados, los secuestrados, los fugados y los recapturados, todos están
presentes en las páginas de Raudales idos.
Relatos que transcurren en las montañas, en los campamentos, en medio de las
tareas cotidianas e infelices del mundo camuflado. Un mundo de tácticas de
guerra, de estrategias de supervivencia, que ha obligado al desplazamiento de
amplios sectores de la población y que ha sembrado en el territorio
innumerables muertos, depositados muchas veces en fosas comunes. Un tema
presente en varios relatos es el papel que juega la mujer en el conflicto.
Narrado con claridad y a su vez con crudeza, Ariza repara en la desdichada
suerte que les ha tocado vivir a miles de colombianas anónimas. Las
violaciones, los trabajos forzados, la maternidad y hasta el amor clandestino,
todo está referido en esta obra. Como un telón de fondo, aparece de vez en vez
la sociedad civil, con sus desdichas, sus reivindicaciones, sus creencias y sus
esperanzas.
Se
podría decir que los relatos que componen el libro Raudales idos, son ficciones basadas en la realidad y también
realidades ficcionalizadas. Digo esto último, porque en algunos textos aparecen
personajes históricos, ya sean representantes del estado, de la guerrilla o de
los paramilitares. Hay referencias muy claras a acontecimientos históricos que
sucedieron, que se pueden comprobar, como las atrocidades cometidas por las
AUC, o como la toma del Palacio de Justicia por el M 19, y hay relatos también
que son puramente ficcionales. El lector se encontrará en esta obra, con todo
lo que he referido y con mucho más. Con la historia de mujeres involucradas de
alguna u otra manera en el conflicto, como son los casos de Ingrid Betancourt,
Clara Rojas y Tanja Nijmeijer, y también con referencias a distintos grupos
étnicos de la sierra nevada. Como no podía ser de otra manera, dada la temática
del libro, también se hace referencia a los diálogos de paz de La Habana,
llevados adelante por el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
Algo
que me gustó mucho de la obra, y que de alguna manera resalta el interés
literario de la autora, son los epígrafes que utiliza al comienzo de muchos de
los relatos. Allí aparecen autores de la talla de Alejandro Dumas, Arthur
Rimbaud, Constantino Cavafis, Frida Kahlo, Simone de Beauvoir, Ernesto Guevara,
Fernando Pessoa, Pablo Neruda, Eduardo Galeano, Edgar Allan Poe, Mario
Benedetti, Jorge Luis Borges, entre otros. Y estos epígrafes, vale destacarlo,
no están allí al comienzo de los relatos como un mero adorno, sino que de
alguna manera están emparentados temáticamente con lo que se refiere en los
relatos.
Ahora
sí, dicho esto, es hora de callar, para que usted, querido lector, pase a leer
las páginas de un libro que, seguramente, no lo defraudará.
Fernando Chelle
San
José de Cúcuta, 10 de enero de 2018
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