Las ventajas
de leer a Fernando
(Sobre El más acá de la
señora Visconti)
Por: Andrés
Elías Flórez Brum
El tema que nos convoca es la presentación del libro, El
más acá de la señora Visconti y otros cuentos. En estas cuartillas, Las
ventajas de leer a Fernando, especulamos con el nombre, bien podría ser
Fernando Soto Aparicio, Fernando Vallejo, Fernando Cely, Fernando Ayala Poveda
o Fernando Vargas, entre los escritores más próximos. Pero no, se trata de
Fernando Chelle, el amigo uruguayo radicado en Cúcuta y que año tras años nos
viene acompañando en el Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena de
Indias y que ya tiene en su haber el reconocimiento del Libro de Oro de la
Literatura Colombiana, recibido en el año 2019.
Fernando hoy nos presenta un nuevo libro: El más acá de
la señora Visconti y otros cuentos, en una bella edición de Educar Editores S. A.
marzo del 2023. Aparece esta edición en la colección Alas de papel, con
ilustraciones interiores y en la carátula, del banco de imágenes del editor.
Son diecisiete cuentos divididos en cuatro apartados, que según el índice serían: El más acá de
la señora Visconti, Antes del desayuno, El séptimo círculo y El camión de los fiambres.
En el conjunto de los relatos podemos
encontrarnos desde lo anecdótico, lo fantástico, la intertextualidad, lo
policiaco, hasta otros rasgos con que fácilmente tropieza el lector. Por
ejemplo, dentro de lo fantástico, en el cuento que da título a la obra El más acá de
la señora Visconti, podemos leer: “Nada se había apartado de la normalidad la mañana en
que la señora Diana Visconti comenzó a ver sin ser vista”. Esto de ver sin ser vista
ya entra en el juego de lo fantástico.
La
intertextualidad aparece a menudo por los varios epígrafes que presentan los cuentos.
Llama la atención este recurso intertextual en el cuento, Flores Blancas, pág. 53. El epígrafe es del poema de Federico
García Lorca, La casada Infiel, cuya versión en forma narrativa
estructura todo el cuento. Prosa poética sobre una pareja que también se va al
río. “Y así siguieron esos potros sin establo, esos animales de viento, cabalgando entre besos y arena”, expresa el cuento casi al final, de manera
poética, como si fueran versos.
Recrea también
en los acontecimientos la estructura epistolar. En el cuento anecdótico, En donde estés, pág. 33, dice en sus
comienzos: “Querida Bola 8, desde que te
perdiste, o te robaron, o te escondiste, los encuentros con mis amigos no han
vuelto a ser los mismo. Tú eras el alma del juego y de ti dependían nuestras desdichas
y alegrías”. La carta que envía el
narrador a los cuatro vientos para una bola de billar.
En
el relato, Salida de pesca, pág. 71, que se cuenta a la manera de El viejo y el mar, y cuyo epígrafe dice “El hombre no está hecho para la derrota. Un
hombre puede ser destruido, pero no derrotado”. Ernest Hemingway. Los
recuerdos familiares nutren la historia, pues según el autor su abuelo fue pescador.
Es uno de los más extensos y se cuenta con el conocimiento de los elementos y
los aparejos de la pesca. A pesar de la similitud uno se amaña por lo bien escrito
y la presencia del lenguaje sureño en el relato.
En lo
policiaco el aporte lo recibe este autor del cine, de la novela negra y, por
supuesto, de las lecturas de los autores del Río de la Plata. Horacio Quiroga,
Felisberto Hernández, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. De ello, su ensayo
crítico, El cuento fantástico en el Río de la Plata. Así va nutriendo este conocedor la literatura
que crea.
Con esta
composición, casi cinematográfica, son cuatro los cuentos tomados del conjunto,
El camión de los fiambres. Seleccionamos
y destacamos, por gusto, El destacamento y Hasta la vista, baby.
El lector arribará a ellos con facilidad, y advertirá su estructura policial y
cinematográfica.
Al volver
la vista al titular, Las ventajas de leer a Fernando, ahora sí, Fernando
Chelle, daremos entonces un vistazo a uno de sus libros de poesía, más
reciente: Cuerpo vivo que va cantando.
Se siente al poeta que conoce la poesía modernista.
Dígase un Antonio Machado, un Federico García Lorca,
un Jorge Luis Borges. Este libro, Cuerpo
vivo que va cantando, está dedicado al lector. Al lector / A ti que, en otro
tiempo y en otro espacio/ puedes sentir el eco de la bandada y con tu luz / ser
un cocreador de este canto siempre ajeno. Y se adiciona al listado de su rica
producción. Pues, es Fernando ensayista, poeta, narrador, buen lector y un
amante de la literatura. Y, más aún, corrector de estilo.
En el libro,
El más acá de la señora Visconti y otros cuentos, se recurre a varias
técnicas: diálogo, monólogo, narración, epístola, informe… así lo expresa Julio
Ramón Ribeyro en uno de los epígrafes del libro, al afirmar que ello lo permite
el cuento. Al contar variando procedimientos técnicos, el lector se entretiene
y descubre una diversidad estructural y temática que lo enriquece.
Fernando
Chelle manifiesta a menudo que le satisface escribir cuentos. Y en sus ensayos
ha trabajado a Horacio Quiroga, a Gabo, a Augusto Roa Bastos, a Roberto Bolaño,
entre muchos otros. Pero en sus cuentos, a pesar de recurrir a la
intertextualidad, Fernando no cae en la imitación. Demuestra su bagaje cultural
y crea y recrea su propio estilo y conoce con suficiencia la literatura nuestra
y, por ende, la hispanoamericana.
Por último, la literatura nos conduce por la senda de la vida espiritual y nos hace placentero los momentos de la lectura de un amigo que sabe y aprecia su oficio. Un Fernando Chelle que dedica todas sus horas del día laboral al quehacer de la cultura.
Cartagena de Indias, 24 de agosto de 2023