sábado, 25 de octubre de 2014

Entrevista a Fernando Chelle, sobre el libro "Curso general de lectoescritura y corrección de estilo, guía para formular escritos correctos" (Colombia 2014)










·   La entrevista que se reproduce a continuación ha sido realizada por el blog literario español Mi sala de lectura http://misaladelectura.blogspot.com.co/2014/10/hoy-entrevistamos-fernando-chelle.htmlpublicada el sábado 25 de octubre de 2014.



Hoy entrevistamos a......... Fernando Chelle

Buenos días!!

Hoy os traemos una nueva entrevista en esta ocasión compartimos nuestra Sala con el autor de libros como 
  Curso general de lectoescritura y corrección de estilo (Guía para formular escritos correctos)”. 
Esperemos que os guste.

Lo primero darte las gracias Fernando por concedernos la entrevista.


1.            ¿Qué podemos encontrar en tu libro y a que publico va dirigido?

El libro brinda las herramientas apropiadas  a toda  persona que de alguna manera u otra se ve enfrentada a la necesidad de redactar. Si bien fue pensado como un texto de apoyo a los procesos pedagógicos de asignaturas como Lengua Castellana, o Competencias Comunicativas, le será de suma utilidad al ciudadano común, al profesional, como también al que le interese dominar las técnicas de escritura por ver en el lenguaje un vehículo de expresión artística. 
Es sabido que en la inmensa mayoría de los ámbitos laborales, no solo los profesionales, un buen manejo de la escritura resulta ser imprescindible. Dominar las técnicas de escritura, además de ayudarnos a desenvolvernos con idoneidad en nuestras tareas, funciona como un valor agregado a las aptitudes que podamos tener. De manera que el público a quien se dirige el libro es muy amplio y diverso.

2. ¿Cómo seleccionaste los temas  tratados en la obra?

El libro intenta ser una obra práctica, de consulta, de manera que la selección temática intenta responder a eso. Era consciente que la obra no podía abarcar toda la diversidad de aspectos que hacen al lenguaje, entonces decidí centrarme fundamentalmente en aquellos temas más recurrentes o que suscitan más consultas por parte de quienes se enfrentan a la escritura.
Aunque no nos parezca tan evidente es de notar que hoy en día estamos viviendo el establecimiento masivo de la escritura, basta mirar únicamente en la web, sin hablar de los formatos tradicionales, para ver la gran cantidad de publicaciones de todo tipo que podemos encontrar, y que no siempre se encuentran bien redactadas.
El tema es que el aprendizaje de la escritura, no se produce de forma tan natural como sucede con la palabra hablada. Para escribir correctamente el individuo debe adquirir las normas que comprende el código escrito, como también poseer un cierto grado de desarrollo intelectual. Escribir supone estructurar el razonamiento, ordenar la temática que queremos expresar para hacerlo de forma adecuada, todo esto implica procesos mentales más complejos que el del habla, pero también nos permite dejar un registro documental del desarrollo de nuestro pensamiento. Los pasos a seguir para lograr una redacción correcta son los que se encuentran en este libro.

3.            ¿Con qué adjetivos calificarías a tu obra?

Clara, útil, práctica.


4.            ¿Cuándo comenzaste a escribir?

Desde muy joven he sido aficionado al mundo de la literatura, claro que al principio solo era un ávido  lector, pero con el tiempo comencé a escribir algunas cosas propias. Tuve la oportunidad de estudiar literatura y de trabajar con la literatura, de manera que era previsible que en algún momento se me diera por ponerme a escribir. He escrito ensayos y críticas literarias que han aparecido en revistas y periódicos y tengo dos libros publicados; “Poesía de los pájaros pintados”, que es un libro de poemas y “Curso general de lectoescritura y corrección de estilo (Guía para formular escritos correctos)” que es el libro del que nos estamos ocupando.

5.            ¿Qué escritor ha marcado tu carrera como escritor?

Son muchos y muy diversos los escritores que me gustan y que seguramente, de alguna manera, han influido en mi como escritor. Voy a nombrar tres de cada género con la seguridad de estar siendo injusto con muchos: dentro de la poesía me gusta Charles Baudelaire, Cesar Vallejo y Jorge Luis Borges; como novelistas elijo a Fiódor Dostoyevski, Mario Vargas Llosa y Patrick Süskind; como cuentistas prefiero a Edgar Allan Poe, Julio Cortázar y Felisberto Hernández; como dramaturgos me inclino por William Shakespeare, Bertolt Brecht y Tennessee Williams. Finalmente en lo que respecta a escritores que han trabajado con el tema del lenguaje nombraré a Ramón Menéndez Pidal, Emilio Alarcos Llorach y Guillermo Rojo.

6.            ¿Qué sentisteis el día que salió a la venta tu libro?

Una gran alegría. Cuando el fruto de tanto trabajo y sacrificio llega a esa instancia es una dicha muy grande.

7.            ¿Por curiosidad te has buscado en alguna librería?

En el caso de este libro no, porque fue publicado por una editorial que trabaja con lo que se llama “impresión bajo demanda” y se distribuye a través de Amazon. Se imprimen los libros que los compradores ordenan y no son obras que se encuentren en las librerías como las que difunden las editoriales tradicionales. Pero en el caso de mi libro anterior sí, y fue muy grato ver mi obra en la librería.

8.            ¿Te llevó mucho tiempo escribir tu obra?

Este libro me llevó un año prácticamente.

9.            ¿Cómo fue la búsqueda de editorial?

Es un libro autopublicado, lo que se conoce también como publicación independiente para la cual utilicé la plataforma de edición que brinda CreateSpace.

10.          ¿Te has encontrado con editoriales que te han cerrado la puerta?

No. En el caso de esta obra preferí la libertad que me da la autopublicación fundamentalmente por el contenido del libro.

11.          ¿Qué consejo le darías a una persona que está escribiendo aún su primer libro?

Que repare fundamentalmente en el tratamiento que se le da al lenguaje. Que en literatura, disciplina en la que se centra este blog, es más importante como se exponen los temas que los temas mismos. Podemos encontrar excelentes obras que abordan temas insignificantes pero que están bien escritas, en cambio uno puede tener entre manos la mejor historia para contar pero si a la hora de redactarla lo hace mal esa historia va a carecer de valor artístico.

12.          ¿Qué les dirías a tus lectores?

Que disfruten de la obra, que es un texto claro y práctico y que si les pareció útil, lo difundan entre otros potenciales escritores, de manera de tener en el futuro cada vez más escritos de calidad. 



miércoles, 1 de octubre de 2014

FELISBERTO HERNÁNDEZ (I) Un autor con más defensores que detractores



Felisberto Hernández fue un escritor recibido tanto con desdén como con aplausos. Desde las primeras etapas, la obra del autor uruguayo recibió visiones encontradas de la crítica y de diversos escritores. Lecturas negativas y positivas en cuanto a su valor literario, desde la indiferencia, la marginación y el desdén hasta la aprobación, el reconocimiento y la admiración más profunda.



Por Fernando Chelle


En cierta oportunidad Carlos Maggi, el gran escritor uruguayo perteneciente a la "Generación del 45", expresó: “Felisberto fue el principal enemigo de su literatura. Era un tipo inseguro, tímido, como acorralado. Desesperado por cobrar confianza, buscando que lo elogiaran o que le dieran una opinión favorable” (Di Candia, 2003). Sería bueno detenernos en estas palabras y reflexionar, desde una perspectiva histórica, sobre por qué Felisberto buscaba afanosamente la aprobación de sus contemporáneos.
La narrativa felisbertiana representó dentro de las letras uruguayas un quiebre significativo con lo que se había hecho hasta el momento. Si bien el Uruguay ya contaba en su tradición con cuentistas destacados, como los de la "Generación del 900", Javier de Viana en lo que respecta a la literatura del campo y Horacio Quiroga con sus cuentos de ambientes urbanos, no existía un escritor cuya perspectiva narrativa estuviera tan asociada a lo psicológico, a las asociaciones mentales, más que a lo racional y estructurado.
La visión narrativa que intenta mostrar no solo lo racional, sino también la profundidad psicológica en el comportamiento del individuo, está presente también en otros autores uruguayos contemporáneos a Felisberto, como Juan José Morosoli, Francisco Espínola o Juan Carlos Onetti, pero con la diferencia de que estos autores nunca se alejaron de un realismo testimonial, al menos los dos primeros, y sus relatos presentan, en su mayoría, estructuras racionales y lógicas.
El caso de Felisberto es distinto. Sus textos nada tienen que ver con un realismo testimonial; su atención a aspectos como la memoria, el misterio dentro de lo cotidiano, el relacionamiento con el cuerpo, la animación de los objetos, entre otros, hacen de él un autor con una mirada vanguardista dentro de la literatura uruguaya.
Por lo general, cuando en el terreno artístico aparece un autor que rompe con lo tradicionalmente aceptado por la crítica, ésta lo mira con indiferencia, lo margina y lo relega. Algo de eso fue lo que sucedió con la obra de Felisberto Hernández, donde cierta parte de la crítica contemporánea al autor no dudó en atacarlo.
El crítico uruguayo Alberto Zum Felde, en un principio, porque luego tuvo opiniones muy favorables para Felisberto, se mostró muy hostil con la obra del cuentista; recién lo nombra en la tercera edición de su Proceso intelectual del Uruguay. Lo estudia desde un punto de vista psicoanalítico, dice de sus personajes:
El predominio de los complejos sexuales es característico en esa psicología mórbida de sus personajes, a los que el autor envuelve en la fantasía de sus circunstancias. Casi todos experimentan psicosis relacionadas con la libido”. (Zum Felde, 1967).
Pero sin duda quien criticó con más fuerza a Felisberto fue Emir Rodríguez Monegal, quien también lo analizó desde una perspectiva psicoanalítica, aunque no solamente:
Porque ese niño no maduró más. No maduró para la vida ni para el pensamiento, no maduró para el arte ni para lo sexual. No maduró para el habla. Es cierto que es precoz y puede tocar con sus palabras (después que los ojos vieron o la mano palpó), la forma instantánea de las cosas. (Alguien afirmará que esto es poesía). Pero no puede organizar sus experiencias, ni la comunicación de las mismas; no puede regular la fluencia de la palabra. Toda su inmadurez, su absurda precocidad, se manifiesta en esa inagotable cháchara, cruzada (a ratos), por alguna expresión feliz, pero imprecisa siempre, fláccida siempre, abrumada de vulgaridades, pleonasmos, incorrecciones”. (Rodríguez Monegal, 1948. pp. 51-52).
Quizá la utilización de la primera persona en la inmensa mayoría de los relatos felisbertianos, y la narración de sucesos que le acontecen a un pianista itinerante, hizo que cierta parte de la crítica no separara, a la hora de analizar, la realidad de una persona de la de un personaje de ficción. Se toma al autor como si fuera el personaje y esto no es correcto, independientemente de que existan claros paralelismos entre el Felisberto hombre y el personaje de sus relatos. La obra de arte pertenece a un terreno ficcional, es autónoma y no se debe analizar un personaje de ficción como si fuera el autor; son entidades diferentes.
Pero si bien es cierto que a lo largo de su vida Felisberto recibió cierto desdén por parte de la crítica, también es cierto que recibió cuantiosos elogios y muestras de aprobación a su obra.
En 1922, José Pedro Bellán, escritor y dramaturgo, maestro de escuela de Felisberto, le presentó al filósofo uruguayo Carlos Vaz Ferreira, quien influirá y aprobará positivamente su obra. Los famosos y humildes cuatro primeros libros de Felisberto Hernández, conocidos como los libros sin tapa (Fulano de tal, 1925; Libro sin tapas, 1929; La cara de Ana, 1930; y La envenenada, 1931), logran tener una opinión positiva no solo del filósofo, sino también de otros escritores e intelectuales de la época. Entre otros se encuentran Antonio Soto, Carlos Mastronardi, Mercedes Pinto y Esther de Cáceres.
Con respecto a la influencia de Vaz Ferreira, Norah Giraldi Dei Cas nos dice: "Desde el punto de vista filosófico toda la obra de Hernández puede ser asimilada a algunos de los puntales fundamentales de la llamada 'filosofía de la vida' en la cual se inscribe el pensamiento de Vaz Ferreira”. (Giraldi Dei Cas, 1975).
El 31 de Julio de 1935 se lleva a cabo un homenaje a Felisberto en el Ateneo de Montevideo, donde hacen uso de la palabra la escritora Esther de Cáceres, el artista plástico Joaquín Torres García y el crítico literario Alberto Zum Felde.
El apoyo de Joaquín Torres García a la obra de Felisberto también estuvo presente en el año 1942 con motivo de la publicación del cuarto libro del cuentista, titulado Por los tiempos de Clemente Colling. Este libro fundamental, ganador del premio del Ministerio de Instrucción Pública, fue auspiciado por trece personalidades entre las que se encontraba el artista plástico. En la presentación de la obra, al comienzo del libro pueden leerse las siguientes palabras:
Editan la presente novela de Felisberto Hernández un grupo de sus amigos en reconocimiento por la labor que este alto espíritu ha realizado en nuestro país con su obra fecunda y de calidad como compositor, concertista y escritor.” (Hernández, 1942).
Los que adhieren son: Carmelo de Arzadum, Carlos Benvenuto, Alfredo Cáceres, Spencer Díaz, Luis E. Gil Salguero, Sadí Mesa, José Paladino, Julio Paladino, Yamandú Rodríguez, Clemente Ruggia, Ignacio Soria Gowland, Nicolás Tedesca y Joaquín Torres García.
De esa época también es la carta consagratoria del poeta franco‑uruguayo Jules Supervielle. Esa misiva Felisberto la difundió en las páginas finales de su libro aparecido en 1943 El caballo perdido.
En ese escrito, Supervielle hace referencia al impacto que le produjo la lectura de Por los tiempos de Clemente Colling. La carta dice:
Qué placer he tenido en leer a Ud, en llegar a conocer a un escritor realmente nuevo que alcanza la belleza y aun la grandeza a fuerza de ‘humildad ante el asunto’.
Ud. alcanza la originalidad sin buscarla en lo más mínimo por una inclinación natural hacia la profundidad. Ud. tiene el sentido innato de lo que será clásico un día. Sus imágenes son siempre significativas y respondiendo a una necesidad están prontas a grabarse en el espíritu.
Su narración contiene páginas dignas de figurar en rigurosas antologías -las hay absolutamente admirables- y lo felicito de todo corazón por habernos dado ese libro.
Gracias también a sus amigos que han tenido el honor de editar esas páginas.
Vuestro
Julio Supervielle” (Hernández, 1943).
Además de apoyar, reconocer y difundir la obra de Felisberto entre intelectuales y escritores de la época, Supervielle llegó a ser muy importante en la vida del cuentista uruguayo. Como Ministro Consejero encargado de asuntos culturales en la embajada uruguaya en París, en 1946 le consigue una beca otorgada por el gobierno francés. La estadía de Felisberto en Francia dura dos años.
Las críticas positivas y los elogios a la obra de Felisberto Hernández se fueron sucediendo a lo largo de su vida y se incrementaron notoriamente después de su muerte.
Apenas a los pocos días de la muerte de Felisberto, el 17 de enero de 1964, Ángel Rama, crítico que siempre fue un gran defensor de la obra felisbertiana, escribe un artículo en Marcha titulado, "Sobre Felisberto Hernández: Burlón poeta de la materia", donde expresa: “Ha muerto uno de los grandes narradores del Uruguay, de los más originales, auténticos y talentosos”; y aprovecha para descargarse contra el ambiente intelectual de la época que, al decir de Roberto Ibáñez, solo reconocería la obra literaria de Felisberto dentro de veinte años. Dice Rama en el citado artículo:
Tener que decirlo así, en tono polémico, o, como Ibáñez, tener que remitirse al reconocimiento futuro, es comprobar la inercia del país para percibir el arte cuando no nace en el mundillo agitado y frívolo de los que se creen dueños de la cultura, cuando nace fuera del trillo convencional que esos mismos han decretado para la literatura, sin que nadie sepa con qué autoridad o conocimiento” (Rama, 1964).
Antes del tiempo estipulado por Roberto Ibáñez va a comenzar el reconocimiento internacional del público y de la crítica a la obra de Felisberto Hernández. El año 1974 es muy importante porque es cuando ve la luz la edición de sus obras completas, compiladas por José Pedro Díaz; esa obra tendrá su edición definitiva de tres tomos en 1983. El 31 de marzo del mismo año 1974, en la ciudad de Buenos Aires, el escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez escribe un extenso artículo en el suplemento cultural de La Opinión titulado "Para que nadie olvide a Felisberto Hernández", donde comienza contando los pormenores de la etapa final de la vida del cuentista, para luego continuar con una completa biografía que repara tanto en la personalidad de Felisberto como en algunas características de su obra. También de 1974 es la edición de Nessuno accendeva le lampade, traducción italiana de Nadie encendía las lámparas, publicada por la editorial Einaudi, donde en una nota introductoria Italo Calvino destaca la originalidad del cuentista uruguayo: “Felisberto Hernández es un escritor que no se parece a nadie: a ninguno de los europeos ni a ninguno de los latinoamericanos; es un 'irregular' que escapa a toda clasificación y a todo encuadramiento”. Allí también afirma: “… el autor ha llegado a conquistar un sitio entre los especialistas del 'cuento fantástico' hispanoamericano” (Calvino, 1974)
En 1981, la Biblioteca Ayacucho publica una edición titulada Felisberto Hernández: Novelas y cuentos, donde aparece la famosa Carta a mano propia de Julio Cortázar.[1] Allí el escritor argentino expresa su profunda admiración y afecto por Felisberto Hernández, cuenta como se sintió deslumbrado por cuentos como El acomodador y Menos Julia, y expresa: “… me pregunto si muchos de los que en aquel entonces (y en éste, todavía) te ignoraron o te perdonaron la vida, no eran gentes incapaces de comprender por qué escribías lo que escribías y sobre todo por qué lo escribías así…”. (Cortázar, 1981). Lo califica de eleata de su tiempo, por no aceptar las categorías lógicas impuestas por la tradición, y dice que todo lo maravilloso y oscuro del mundo se encuentra en la obra del autor de La casa inundada.
Son muchos y muy diversos los escritores que tanto en vida como después de la muerte de Felisberto apoyaron su obra. Hay muchos más de los referidos, como el poeta argentino Oliverio Girondo (quien colaboró para que Felisberto publicara Nadie encendía las lámparas en la ciudad de Buenos Aires en 1947), Juan Carlos Onetti, Augusto Roa Bastos, Carlos Fuentes (quien lo situaba, junto con Juan Carlos Onetti y Horacio Quiroga, como iniciador de la nueva literatura latinoamericana). A estos podríamos sumar los nombres de otros artistas que comentaron positivamente la obra felisbertiana. Según Walter Rela, Felisberto “disponía de comentarios en cartas que mostraba con orgullo: Amado Alonso, Gómez de la Serna, Mallea, Puccini, Mastronardi” (Rela, 2002).
En el año 2002 se realizó un homenaje a Felisberto Hernández, en la Universidad Autónoma de México, con motivo de la conmemoración del centenario de su nacimiento. Se abrió con un telegrama del premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez donde reconocía que de no haber leído a Felisberto nunca hubiese llegado a ser el escritor que fue.[2]
      
      Referencias
Calvino, Italo. Prólogo a Nessuno accendeva le lampade, Turín, Einaudi, 1974.
Cortázar, Julio. Carta a mano propia, en Felisberto Hernández: Novelas y cuentos, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1981.
Di Candia, Cesar. Homenaje a la Generación del 45 y a sus antecesores: Felisberto, Onetti, Paco [citado en El País Digital de 31 mayo 2003].
Giraldi Dei Cas, Norah. Felisberto Hernández, del creador al hombre, Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1975.
Hernández, Felisberto. Por los tiempos de Clemente Colling, Montevideo, González Panizza Hnos. Editores, 1942.
Hernández, Felisberto. El caballo perdido, Montevideo, González Panizza Hnos. Editores, 1943.
Rama, Ángel. Sobre Felisberto Hernández: Burlón poeta de la materia, Semanario Marcha, Montevideo, enero de 1964 [reproducido en El País Cultural de 31 diciembre 1993].
Rodríguez Monegal, Emir. “Nadie encendía las lámparas”, Revista Clinamen, Montevideo: Año II, N° 5, mayo / junio 1948, pp. 51-52. Citado por Claudio Paolini en Felisberto Hernández: Escritor maldito o poeta de la materia [en 2003].
Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay (Tomo III), Montevideo, Nuevo Mundo, 1967.



[1] Con respecto a la figura de Julio Cortázar: Centenario del nacimiento de Julio Cortázar. Continuidad de los parques (lectura comentada), por Fernando Chelle, en el anterior número 72 de vadenuevo  


[2] CEl presente artículo continuará en la próxima edición de vadenuevo con un abordaje específico de algunos aspectos de la obra del narrador uruguayo y el análisis literario de alguno de sus cuentos. 


Artículo publicado en la revista digital Vadenuevo www.vadenuevo.com.uy . Octubre de 2014. Disponible aquí: : http://www.vadenuevo.com.uy/index.php/the-news/3232-73vadenuevo10