jueves, 21 de enero de 2016

“Pereza” (Recitado por Ana Ulehla)

A continuación les dejo el enlace al recitado que Ana Ulehla hace del poema “Pereza”, perteneciente al libro de Fernando Chelle, "Muelles de la palabra"


Fernando Chelle

martes, 19 de enero de 2016

“Cuerpo vivo que va cantando” (Recitado por Ana Ulehla)

A continuación les dejo el enlace al recitado que Ana Ulehla hace del poema “Cuerpo vivo que va cantando”, perteneciente al libro de Fernando Chelle, "Muelles de la palabra"


Fernando Chelle

“El loco” (Recitado por Ana Ulehla)

A continuación les dejo el enlace al recitado que Ana Ulehla hace del poema “El loco”, perteneciente al libro de Fernando Chelle, "Muelles de la palabra"


Fernando Chelle

miércoles, 13 de enero de 2016

“La página en blanco” (Recitado por Ana Ulehla)

A continuación les dejo el enlace al recitado que Ana Ulehla hace del poema “La página en blanco”, perteneciente al libro de Fernando Chelle, "Muelles de la palabra"


Fernando Chelle

Poetas del mundo- Agenda 2016 (poema, "Nervios")

Presentación y comentario de “Nervios”, el poema que forma parte de la Agenda 2016, del movimiento “Poetas del mundo”.




La siguiente es la poesía que forma parte de la Agenda 2016, del movimiento “Poetas del mundo”:



Nervios


Del aire el clavel que cae en mis manos

letal asesino del razonamiento

cual bola de mármol rompiendo cristales

cortando las uñas, hiriendo los gestos.

Metálico abrazo de mármol hirviendo

grillos en el alma, y mi pobre cuerpo

clavado en la cruz de mis propios nervios

hoy juega al mikado, con los guantes puestos.


Algunas apreciaciones sobre el poema:

La poesía intenta mostrar la imposibilidad del hombre para actuar con naturalidad en el momento que pasa a ser presa de los nervios. Todavía recuerdo claramente el momento en que la escribí. Es una poesía del año 2000, yo me encontraba cursando Práctica Docente de la asignatura Didáctica de la Literatura en el Liceo N° 4 José Zorrilla de San Martín de la ciudad de Montevideo. Mi docente de Práctica era la Profesora Gabriela Braselli y el Profesor de Didáctica de la Literatura era el Profesor Enrique Palombo. Había llegado el día de la visita didáctica, los dos profesores se ubicaron al final del salón y yo me dispuse a trabajar en 4° grado con el análisis literario del soneto XXIII de Garcilaso de la Vega. Si bien en la devolución didáctica no hubo objeciones a como había trabajado literariamente el poema se podría decir que desde el punto de vista didáctico fue un desastre. Comencé la clase seguro de mis conocimientos pero de un momento a otro pasé a ser presa de los nervios, esto me llevó a apurarme en las preguntas y a no dar tiempo a que los alumnos respondieran, la cosa fue que en menos de media hora, la clase duraba hora y media, yo ya tenía el soneto analizado completamente. La profesora Gabriela, que notó mi nerviosismo y vio como se me había acabado el libreto antes de la mitad de la clase, utilizó su profesionalismo, se paró del fondo del salón de clase y dijo: “Muy bien Fernando, aquí es donde continúo yo”. Los alumnos, por supuesto que no se dieron cuenta de mi tragedia, pero yo me sentí derrotado. Luego de eso, intercambie algunas ideas con el Profesor Palombo, quien se mostró muy amable y comprensivo con mi trágica situación, y salí de inmediato a escribir, el resultado fue este poema.
El poema tiene una estructura libre, que se podría, si se quisiera, dividir en dos cuartetos debido al ritmo interno que presenta y también al desarrollo temático, pero que no es necesario, de manera que opté por presentar una serie ininterrumpida de versos con métricas diferentes. Los primeros cuatro versos muestran la llegada intempestiva de los nervios y los cuatro siguientes desarrollan los efectos que estos producen.

Del aire el clavel que cae en mis manos

Comienza el poema con una expresión que, aunque no lo parezca, encierra un hipérbaton ya que con “Del aire el clavel” me estoy refiriendo específicamente a los claveles del aire, esa planta, que al igual que los nervios en las personas, se prende fuertemente de los árboles. Como hace el clavel del aire en los árboles los nervios se transforman en una acechanza invasiva, no deseada para la persona. El poema muestra como los nervios invaden la tranquilidad del yo lírico, quien dice que el clavel del aire  “cae en mis manos” mostrando una actitud involuntaria frente al hecho. Una vez los nervios se han apoderado de la persona empiezan a afectarla totalmente, no solo psicológicamente sino también en sus manifestaciones físicas. La primera referencia de afectación apunta al raciocinio:

letal asesino del razonamiento

cual bola de mármol rompiendo cristales

La imagen de la bola de mármol rompiendo cristales quiere mostrar la distorsión que generan los nervios en la persona. Es una imagen que me parece grandiosa y que no es enteramente mía, se podría decir que tomé la idea de Isidore Ducasse el gran Conde de Lautréamont, cuando en el segundo canto de sus Cantos de Maldoror, escribía:
“… arranco la máscara de su semblante traidor y lleno de lodo, y hago caer, una a una, como bolas de marfil en una jofaina de plata, las sublimes mentiras con las que se engaña a sí mismo”.
Las bolas aquí no son de marfil sino de mármol, pero son igualmente bellas y al entrar en contacto con los cristales estos se rompen,  generando ruido y distorsión que es lo que se busca mostrar.

cortando las uñas, hiriendo los gestos.

La alteración que sufre una persona que es víctima de los nervios se ve reflejada en sus actitudes. El comerse las uñas es una práctica bastante habitual entre las personas que se encuentran nerviosas. Los gestos aparecen aquí como “heridos”, o sea que están dañados, alterados, la gesticulación bajo el influjo de los nervios no es la natural.
Metálico abrazo de mármol hirviendo
Los nervios apresan al individuo, le quitan la libertad, este abrazo no tiene nada de amigable y fraternal es un abrazo metálico, frío, y desconcertante como la carga oximorónica de la frase mármol hirviendo.

grillos en el alma, y mi pobre cuerpo

clavado en la cruz de mis propios nervios

hoy juega al mikado, con los guantes puestos

El presidio en que se encuentra el individuo hace que su alma se encuentre engrillada, sujetada, clavada en una cruz, imposibilitada de manejarse con libertad, con naturalidad. Se cierra el poema con una imagen que muestra la imposibilidad en su máxima expresión, como es, jugar al mikado con guantes puestos. 


Fernando Chelle

martes, 5 de enero de 2016

CLARICE LISPECTOR Y EL CUENTO (I)



El no-estilo
del mundo interior

Escritora brasilera de origen judío nacida en Ucrania. Una de las narradoras más importantes del siglo XX en su país y en su lengua. Este artículo, en dos entregas, recorre su biografía, su obra, su cuentística, su estilo, y analiza literariamente uno de sus cuentos más representativos: Felicidad Clandestina.


Por Fernando Chelle

Desde el mes de septiembre del año 2014, cuando comencé a colaborar con mis artículos envadenuevo, me centré fundamentalmente en el abordaje de diferentes cuentistas latinoamericanos. Si bien esta no ha sido la única temática de los artículos, escribí sobre La Metamorfosis de Franz Kafka, sobre el Parlamento Nacional de Escritores de Colombia y sobre distintos tipos de manifestaciones literarias, como la literatura utópica, distópica y ucrónica por ejemplo, lo cierto es, que los cuentistas latinoamericanos ocupan el porcentaje más alto de mis colaboraciones. Los artículos sobre Julio Cortázar, Felisberto Hernández y Jorge Luis Borges hoy forman parte, junto a otros escritos anteriores, del libro publicado en el mes de mayo de 2015, titulado El cuento fantástico en el Río de la Plata. Después de la publicación de esta obra sobre autores rioplatenses, se me ocurrió una idea más ambiciosa, ir presentando en los distintos números de la revista diferentes textos de cuentistas latinoamericanos y luego reunirlos en una obra, que se llamará “El cuento latinoamericano”, o algo por el estilo. Se me podrá decir que hay muchos libros sobre el cuento fantástico en el Río de la Plata, como así también sobre el cuento latinoamericano, eso es verdad, pero mis trabajos no son recopilaciones de autores, fechas y características, son abordajes analíticos de los textos más representativos de los autores. En ese sentido, no vienen a repetir lo que otros críticos literarios ya han hecho, sino que vienen a aportar al estudio de la literatura, una mirada analítica y personal, desde el comentario de los propios textos. Llevado de este pensamiento, fue que decidí comenzar a analizar algunos cuentos de escritores latinoamericanos, pero ya no pertenecientes a la región rioplatense. El primer país en el que me detuve, luego de abandonar la geografía familiar, fue México. Para mi proyecto literario, todos los países, algunos más que otros, presentan una primera dificultad: tienen muchos buenos autores y hay que elegir solo uno. Una vez elegido el autor, con las posibles injusticias cometidas, existe una segunda dificultad, hay que elegir el texto. Esto tampoco es una tarea fácil, en este caso, trato de que el cuento a trabajar sea uno de los más representativos del autor seleccionado. Del país azteca, el elegido fue Juan José Arreola, y el cuento: El guardagujas. Continué mi paseo por América Latina, sin seguir rutas determinadas, y estacioné en Colombia. Este país, donde resido hace cinco años, si bien tiene una gran nómina de buenos cuentistas, no presenta grandes dificultades a la hora de elegir al más representativo. El autor colombiano estudiado fue Gabriel García Márquez y el cuento elegido fue: Un día de estos. Así seguiré haciendo con los diferentes países de nuestra América Latina, hasta poder publicar el libro que tengo pensado. Claro que, como he venido haciendo, los artículos sobre cuentos latinoamericanos, se publicarán de forma alternada con otros temas que yo considere pertinente publicar en determinados números. Por ejemplo, el artículo sobre Julio Cortázar coincide con el centenario del nacimiento del autor, el de La Metamorfosis coincide con el centenario de la publicación del relato, la crónica escrita sobre el Parlamento Nacional de Escritores de Colombia fue publicada en el mes posterior a su realización, en estos meses, pienso publicar un artículo sobre los cincuenta años de la publicación deA sangre fría de Truman Capote y así sucesivamente. Una vez hecho este preámbulo explicativo, ha llegado el momento de centrarme en el país, el autor y el cuento elegido para el artículo de este mes.
Continuando con mi viaje literario por el cuento latinoamericano, le ha llegado el turno a Brasil. Este país no presenta las facilidades de Colombia a la hora de elegir un cuentista representativo. Son muchos los autores que podrían haber sido elegidos, pienso en Joaquim Machado de Assis, João Guimarães Rosa, Carlos Drummond de Andrade o el propio Jorge Amado, por nombrar solo algunos de los más representativos de este inmenso territorio. Al final, he decidido trabajar con un cuento de la gran escritora brasilera, nacida en Ucrania, Clarice Lispector (Chechelnik, Ucrania, 10 de diciembre de 1920 ‑ Río de Janeiro, Brasil, 9 de diciembre de 1977). Elegí para comentar en el presente artículo, el cuento titulado Felicidad clandestina, relato con que se abre el libro homónimo, publicado en la ciudad de Río de Janeiro en el año 1971.
LA AUTORA
Clarice Lispector, quien nació con el nombre de Chaiuya Pinkhasovna Lispector el 10 de diciembre de 1920, en Chechelnik, Ucrania, fue una escritora de origen judío. Llegó a Brasil, a la ciudad de Recife, con pocos meses de edad, luego de que sus padres emigraron de Ucrania. Cuando la niña contaba con apenas diez años, fallece su mamá. Su veta como escritora se dejó ver muy temprano en su vida. Comenzó enviando relatos al Diario de Pernambuco, pero se los rechazaron con la excusa de que eran una mera expresión de sensaciones y carecían de acción narrativa. Esta característica tan temprana de alguna manera siguió estando presente en su carrera literaria y es una de las particularidades principales de su narrativa. A los catorce años, se traslada junto a su familia a la ciudad de Río de Janeiro, donde estudia la carrera de Derecho y comienza a colaborar en algunas revistas y periódicos. En el año 1943, publica la novela Cerca del corazón salvaje, con la que obtiene el primer reconocimiento de su carrera, el premio Fundación Graça Aranha, al mejor libro del año. En ese mismo año se casa con un compañero de la universidad, el diplomático Maury Gurgel Valente, con quien vive en diferentes países (Italia, Inglaterra, Francia y finalmente Suiza, donde nace su primer hijo, Paulo). En 1946 publica su segunda novela, O lustre. Clarice, quien tiene una correspondencia casi cotidiana con el escritor Fernando Sabino, se siente infeliz en el extranjero y siente nostalgia de Brasil. Regresa a Río de Janeiro recién en el año 1949, donde retoma la actividad periodística firmando con el seudónimo de Tereza Quadros. El destino quiso que en el año 1952 tuviera que abandonar nuevamente Brasil y trasladarse a vivir, junto a su marido, a EE.UU., donde al año siguiente nació Pedro, su segundo hijo. Allí vivió siete años y cultivó gran amistad con el también escritor brasilero Érico Veríssimo. Nunca abandonó las publicaciones en medios brasileros, ni las correspondencias con autores como Otto Lara Resende. El reconocimiento literario comenzó a llegarle en el año 1954, con la traducción al francés de Cerca del corazón salvaje, este libro se publicó con una portada del pintor Henri Matisse. 
En el año de 1959 se separa de su marido y regresa a Río de Janeiro, donde comienza una etapa productiva y exitosa. En 1960, publica con gran éxito Lazos de familia, su segundo libro de cuentos. De 1961 es la novela La manzana en la oscuridad y de 1963, la novela que se considera su obra maestra, La pasión según G.H.
En el mes de septiembre del año 1966 la escritora fue rescatada de en medio de las llamas, cuando su dormitorio se incendió. Clarice se quedó dormida con un cigarrillo encendido y esto produjo el fuego. Pasó algunos meses en un hospital recuperándose de las quemaduras, pero le quedaron secuelas que la acompañarían hasta su muerte. Su cuerpo y también su obra van a quedar marcados por este hecho trágico. En el mes de diciembre de 1977, víctima de un cáncer de ovarios, muere en la ciudad de Río de Janeiro, a los 56 años, pocos meses después de la publicación de su última novela: La hora de la estrella.
LOS CUENTOS
El primer libro de cuentos publicado por Clarice Lispector es una recopilación de seis relatos, donde se pueden apreciar las características por las que fue rechazada en su niñez por el Diario de Pernambuco. Son relatos donde la acción parece quedar de lado y donde se privilegian las sensaciones de los personajes. El libro fue publicado en el año 1952 y se titula: Algunos cuentos.
Como se dijo en el apartado anterior, en el año 1960 publica con gran éxito Lazos de familia, su segundo libro de cuentos. Aquí la autora se centra fundamentalmente en la vida familiar y su individualidad compleja. Su gran amigo en la etapa norteamericana, el escritor brasilero Érico Veríssimo, dijo que este libro es “la mejor colección de relatos desde Machado de Assís”. El siguiente libro de cuentos presenta trece relatos de temáticas variadas y fue publicado en el año 1964, bajo el título: La Legión Extranjera. El siguiente libro de cuentos publicado es de 1971, se titula Felicidad clandestina. Es un libro intimista, una de las obras más conocidas de Clarice. El cuento homónimo, con que se abre la obra, texto que analizaré en la segunda parte de este artículo, también es uno de los más representativos de la autora, por esta razón es que lo elegí.
En 1974 Clarice Lispector va a publicar, quizá, sus dos libros de cuentos más controvertidos: El vía crucis del cuerpo y ¿Dónde estuviste anoche?, donde se presentan fundamentalmente relatos de tono erótico y sexual. Finalmente, la obra cuentística de Clarice Lispector se va a completar con el libro titulado La bella y la bestia, una obra que recoge relatos de sus primeros y últimos años y que fue publicada por su hijo en el año 1979.
CARACTERÍSTICAS NARRATIVAS
Clarice Lispector alguna vez definió su estilo como un no-estilo. Fue una autora que siempre le dio más importancia al flujo de la conciencia de los personajes, a lo íntimo y psicológico, que a las acciones narrativas. Esto hizo que algunos críticos compararan su escritura con la de autores como Virginia Woolf o James Joyce. Sus cuentos nos muestran el interior de los personajes, los procesos mentales, las vivencias personales. Siempre, en sus historias, lo que sienten  los personajes frente a los acontecimientos es más importante que los propios acontecimientos. La vida íntima, compuesta por miedos, secretos, deseos, es lo que interesa, los hechos van a importar solamente por lo que logran despertar en los personajes. Dentro de sus relatos encontramos distintos tonos, algunos son eróticos, otros tristes o divertidos, pero siempre transcurren en medio de atmosferas cotidianas, allí es donde vemos las impresiones y sensaciones. Son historias que por lo general transcurren en espacios domésticos, donde se encuentran los acontecimientos familiares, es allí donde los personajes, fundamentalmente mujeres, proyectan lo que tienen en su interior, donde experimentan las emociones. Ese interés por describir las sensaciones, la vida íntima, los anhelos, se ve claramente en Felicidad clandestina, el cuento elegido para el análisis. Es un relato que muestra de forma magistral la mirada infantil, los pensamientos, sentimientos y sensaciones de una niña. Un cuento que repara en la crueldad y el dolor, pero también en la alegría y la pasión.
En la segunda parte de este artículo se analizará el cuento Felicidad clandestina..

Artículo publicado en la revista digital Vadenuevo www.vadenuevo.com.uy . Diciembre de 2015. Disponible: aquí