viernes, 13 de octubre de 2017

Entrevista a Fernando Chelle en la revista de literatura "Marcapiel"

A continuación, les comparto la entrevista que me realizó la revista mexicana de literatura “Marcapiel”.



Presentamos una entrevista acompañada de unos poemas  al poeta uruguayo Fernando Chelle.
Apenas publicado Muelles de la palabra (Colombia, 2015), el segundo poemario del escritor uruguayo Fernando Chelle, el poeta, narrador y ensayista argentino Luis Benítez, en un artículo de la revista francesa resonancias.org, titulado Fernando Chelle: lo intensamente humano, dijo:
Una de las importantes características de la poética del uruguayo Fernando Chelle es la intensa cercanía que el lector siente, apenas incursiona en sus versos, acerca de los postulados y la forma misma en la que el poeta se expresa. Esta abolición del límite entre autor y lector no es un logro mediano, sino mucho más que llamativo. A través de sus poemas, Chelle nos acerca no solamente a su universo propio, sino que colabora a que tengamos una visión mucho más nítida del nuestro. Un lenguaje llano, por momentos casi coloquial –donde sin embargo no falta la apelación a la referencia culta- anima estos logros que nos permiten edificar, desde nuestro papel de lectores de sus poemas, el paisaje de nuestra propia memoria sensible, merced a la evocación de estados y percepciones que compartimos con el poeta. Poesía visual y fuertemente corpórea, la de Chelle se apoya en sensaciones conocidas por el lector y que vuelven a su conciencia gracias a la habilidad del autor para devolverles su vigencia inmediata.
Desde esas palabras de Benítez, del 2015, podríamos decir que ha corrido bastante agua de la buena por debajo del puente de la obra de este escritor uruguayo radicado desde el año 2011 en Colombia. En 2016, Chelle recibió tres menciones por su obra, dos por su poesía, una en Colombia y otra en EE. UU, y una en Uruguay, por un libro de cuentos recientemente publicado. En lo que va del 2017, ha obtenido, en Colombia, un premio nacional de ensayo literario, un premio regional de periodismo y acaba de ser galardonado, desde España, con el VIII Premio Internacional de Poesía Caños Dorados.
Hace unos días, tuvimos el gusto de conversar con Fernando, hacerle algunas preguntas. Las respuestas a esas preguntas y una breve selección de su poesía, es lo que hoy comparto con los lectores de MARCAPIEL.
Fernando, hablemos de poesía. Cuéntanos de las Imágenes y de las voces que funcionan como punto de partida para tu escritura
Sin dudas que como todo poeta me nutro de diferentes factores externos, que interiorizo y que de alguna manera funcionan como punto de partida para determinadas obras. Pero soy consciente que el lenguaje poético, no solo es diferente al lenguaje cotidiano, sino que también difiere del lenguaje utilizado por otros géneros que también tienen una finalidad estética, literaria, me refiero al lenguaje que podemos encontrar en las narraciones, en los dramas, en fin, sin dudas que el lenguaje poético es el que hace un uso más radical, revolucionario, libre, del código lingüístico. El lenguaje poético lleva esas imágenes que a uno lo pueden haber impactado y esas voces que forman parte del universo del poeta a otra dimensión, a una dimensión casi mágica.
En poesía, el lenguaje es una herramienta, un objeto o un problema
Las tres cosas, y quizás en ese orden. Sin duda que el lenguaje articulado que tenemos la dicha de poseer los seres humanos es el que posibilita una comunicación infinitamente más compleja que la que poseen los demás animales y también es la herramienta fundamental del hacer literario, no solo del hacer poético. Ninguna disciplina que haga uso del lenguaje, lo ha estudiado, ha reparado y ha creado con él, como la literatura. El lenguaje como objeto es un pilar de la literatura y está directamente relacionado con la tercera acepción, el lenguaje como “problema”, porque como ya lo han dicho tantos poetas, quizá quien fue más claro en este tema fue Gustavo Adolfo Bécquer, nuestro lenguaje es muy mezquino, escaso, y para que el poeta pueda expresarse con él, primero lo tiene que domar. Pero la poesía hace de ese problema su razón de ser, utiliza la herramienta lingüística, para crear asociaciones e imágenes impensadas en un uso utilitario del lenguaje y crea de esta manera un universo particular hecho de palabras. Un universo mágico y fascinante, donde a muchos nos gusta habitar, o al menos visitar, siempre que se puede.
Qué piensas de la trivialidad del género
Bueno, creo que ese es un aspecto que ha venido cargando el género desde hace mucho tiempo, por no decir desde siempre. Lo que sucede hoy en día es que la poesía es más visible que nunca. Esto hace que encontremos mucha poesía trivial, pero a su vez, también hace que entremos en contacto con poetas magníficos, que no necesariamente son publicados por grandes editoriales, es más, ya no importa, esa nueva poesía que se está escribiendo hoy en día la encontramos en los blogs, en las revistas digitales, y hasta en Facebook, aunque el establishment cultural se resista a reconocerlo. Que hay poesía trivial, sí, es cierto, pero también hay un gran nivel poético, que gracias a la democratización que suponen los medios digitales, hoy podemos conocer.
Cómo ves el discurso crítico, o la crítica literaria en torno a la poesía
No encuentro un discurso crítico serio, en la actualidad, para la poesía, sí lo hay en el género narrativo, ya sea que hablemos de cuentos o de novelas, y también en el teatro, que es un género donde de por sí la crítica especializada siempre ha estado muy atenta. En el terreno poético lo que veo son amiguismos, entre ciertos poetas y ciertos medios, que se dedican a exaltarse mutuamente sin ningún tipo de rigurosidad en el abordaje de los textos. El mundo digital ha cambiado hasta este aspecto, que, si bien siempre existió, hoy es más visible. De todas maneras, las cosas siempre tienden a decantarse y el río suele encontrar su cauce, y no basta para que una obra trascienda, la recomendación de alguien, una obra se sostiene por sí misma, o no se sostiene. Hay muchos medios de difusión de poesía, pero no de crítica, y esa difusión en ocasiones suele estar viciada por intereses vinculados a la colaboración mutua. Veremos qué es lo que sucede en el futuro en este sentido, hoy lo que noto es una carencia en lo que respecta a la crítica literaria del género lírico.
De niño ya pensabas que ibas a ser escritor
Yo antes que escritor, siempre he sido un gran lector. No es que le quiera copiar a Borges, quien dijo: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído”, pero es que creo que en mi caso siempre fue así. Yo comencé a leer desde niño, primero con las clásicas revistas de historietas con que nos convertíamos en lectores los niños uruguayos de mi generación y luego sí con autores literarios. Tuve la suerte de tener una bisabuela muy lectora, quien me fue facilitando los primeros libros y un abuelo con una gran cultura popular, que me fue nutriendo de esa otra vertiente literaria, que también está presente en algunas de mis obras. De manera que la escritura en mi caso deriva de mi pasión por la lectura y hasta el día de hoy, con siete libros publicados, me considero antes que nada lector.
Háblanos de tus influencias
Son muy diversas. Siempre que se me pregunta por las influencias yo opto por contestar lo mismo. Hago una selección de los autores que más me gustan, si estos son los que más me han influenciado o no, no lo sé, quizá no sea yo el que tenga que responder en este sentido. Pero bueno, aclarando también, que esto implica cierto grado de injusticia, nombro solamente tres autores de cada género literario, para que se tenga una idea de las posibles principales influencias, porque seguramente estas son muchas y a veces uno mismo no es consciente hasta donde llegan. Hecha esta aclaración, mis autores elegidos son: poetas, Charles Baudelaire, Cesar Vallejo y Jorge Luis Borges; novelistas, Fiódor Dostoyevski, Mario Vargas Llosa y Patrick Süskind; cuentistas, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar y Felisberto Hernández; dramaturgos, William Shakespeare, Bertolt Brecht y Tennessee Williams. En cuanto a la parte ensayística de mi obra (la más amplia de mi producción), está influida por el estudio de los trabajos del filólogo y profesor español Fernando Lázaro Carreter, aquí sí, soy más consciente del influjo.
¿Qué otras artes influyeron en tu trabajo?
Dejando de lado la literatura, la principal ha sido la música. Quiero aclarar que me estoy refiriendo a la parte instrumental, a la música como tal, no a las letras cantadas por los músicos, que sin duda también me han influenciado, pero ahí ya estaríamos entrando nuevamente en el terreno literario, sirva el ejemplo del último Premio Nobel, para que se entienda a lo que me estoy refiriendo. Y es indudable la carga musical que uno debe llevar consigo, porque si bien se mira la poesía también es música, aunque hoy se escriba sin rima y sin métrica, es indudable que los textos tienen un ritmo interno y cada palabra utilizada en un poema tiene una cadencia particular. A la hora de elegir las palabras, de ubicarlas en los versos, los poetas estamos componiendo de forma similar, supongo, a como lo hacen los músicos. La poesía tiene esta característica musical y también es imagen, con lo que tendríamos que hablar también de una indudable influencia de la pintura. Las herramientas con las que trabaja el poeta son diferentes a las del pintor, pero hay algo en el tratamiento de las imágenes que los aproxima. De hecho, diferentes movimientos y escuelas tienen representantes tanto en la pintura como en la poesía, pensemos en el naturalismo, en el realismo, en las diferentes vanguardias, entre otros movimientos, para no extendernos tanto en este punto. Hay una gran similitud, unas intenciones comunes, en la pintura y en la poesía que se hizo desde el surrealismo, por nombrar un solo ejemplo. Y bien, yo como poeta no estoy exento de este tipo de influencias y soy totalmente consciente de ellas, aunque sin duda, mis principales influencias provienen del terreno literario.
Qué viene ahora
Seguir escribiendo y concretar algunas publicaciones. Antes de que finalice el 2017, quiero tener publicado el tercer poemario y un libro de ensayos sobre el Romanticismo. Acabo de publicar un libro de cuentos, titulado SPAM, así que lo que viene ahora es hablar un poco de este último trabajo para promocionarlo, para darlo a conocer.

Siete poemas de Fernando Chelle


Reflejo

Algunas veces veo en el estanque
sobre un tapete de luz infinita
temblar de frío a la luna.
Pienso que el agua,
no la culpo por eso,
al sentirse presa y sola
en las noches heladas,
sueña y se cobija
con historias de apariencias.


Oda a la página en blanco

La página en blanco es generalmente blanca
y el blanco alude a su vacío
a la nada que contiene
a la posibilidad infinita de discursos
a la ausencia de letras, de palabras.

La página en blanco
es una invitación a la fiesta del lenguaje
quiere que la violen
pide que la transgredan
que la irrespeten
para dejar definitivamente de ser
ese vacío infinito del universo
ese material poroso sin corazón
ese desdichado fragmento de la nada.


Muelles de la palabra

La evanescencia de la palabra me salva del mundanal ruido,
las hay sentimentales, impresionistas, pintoras,
son muelles del verbo eterno
que nos roza en la garganta,
en los pulmones.
El himno gigante sigue anunciando
y corre, se ramifica y como siempre
se dilata en nuevas sombras.
Las páginas brillan,
ahora resplandecen y se modifican,
pero son páginas,
no humo, perfume, sonido o viento.
La palabra
cabalga sus nuevos corceles,
compañeros del poeta
que sigue cantando, gritando, viviendo,
ahora despojado del métrico corsé
y de la rima represora,
ahora lejos del mármol y las escalinatas
camina por las calles con todo el pecho al viento.
La palabra ya no quiere ser el queso de las ratas,
quiere estar ahí, inmediata y cotidiana,
enamorada de los guantes, las calles,
la sopa y las colmenas.
Preferí beber tus ismos,
zurcirte, engarzarte y presentarte
pura, directa y palpitante,
con un verbo libre que viaje
hacia asideros que lo terminen de nacer,
donde habitan mis cómplices,
mis hermanos


Polvo es, mas polvo de una plaza

Como inmensas sombrillas
los tres castaños cabecean en la plaza
rodeada de faroles apagados.
Los bancos tristes, cansados
de esperar visitantes,
dejan pasar el fuerte viento
entre sus listones de madera.
Una enredadera, se descuelga
como una cabellera agitada
sobre un muro de ladrillos.
Todo ha sido invadido por el polvo,
Impregnado por el polvo,
los castaños
los faroles
la enredadera
los bancos cansados de esperar.


Cosmos, 1984

Una luz dulce de mandarina en otoño
calienta el viejo patio de mi niñez,
la fantasía es un colchón de hojas en el suelo
murmurando con un viento de lenguas invisibles,
lo poético ya está allí
es el silencio de ese patio a plena luz
ese niño amando su soledad
absorto en el diamante
que deja al pasar un caracol,
lo mágico es ese lugar sin mar
sin pantalones blancos
sin perfumes corrompidos,
la felicidad,
es la sombra de un árbol
donde viven los pájaros
la sombra que se arrastra en silencio
con olor a mandarinas
para comunicarse
con el viento
las hojas
y las ramas de diamante.


El cuchillero

Un esquivo pez de luz
como un tajo de plata en la noche
desató la tormenta.
En la esquina del triste farol
calló la sangre negra
y se arrastró en la sombra
como una serpiente
de mil cabezas
moribunda
agónica de borbotones.
La luz de luna
derramada en los viejos adoquines
lustró, todavía más, los mocasines en fuga.
Después, todo fue silencio
quedó sola la esquina
el farol, los adoquines
y hasta la luna en el cielo.


Égloga que no fue

El dulce lamentar de un pastor…
¡cómo me hubiera gustado comenzar de esa manera!
pero no puedo.
Lejos estoy del llanto de Salicio
y del bucólico verso de Garcilaso,
el campo para mí es algo ajeno
donde apenas disfruté de algún caballo
de un cielo con estrellas,
lo demás, salvo el viento, no me pertenece.
La tierra apuñalada…
poste y cultivo
poste y ganado
poste, poste y alambrado.
¿Qué poesía hay allí?,
apenas humo de monte
sombra de árbol en el llano
silencio,
nada.

Fernando Chelle (Mercedes, Uruguay, 1976). Poesía de los pájaros pintados (2013); Curso general de lectoescritura y corrección de estilo (2014); El cuento fantástico en el Río de la Plata (2015); Muelles de la palabra (2015); Las otras realidades de la ficción (2016); El cuento latinoamericano en el siglo XX (2016) y SPAM (2017).
Blog del autor PALABRA ESCRITA



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